A pocos días del inicio de las clases presenciales en los colegios públicos de todo el país, hay una gran cantidad de escuelas a punto de caerse. Este mal que de por sí golpeaba en cada arranque de año escolar esta vuelta tiene el agravante que muchas casas de estudios estuvieron “abandonadas” por meses durante la pandemia, o sea que a más del desgaste que normalmente sufrían y exponían a lo peor a un montón de niños, ahora se le suma esta nueva realidad.

Las quejas de papis y de profes no se hicieron esperar. Pero quienes realmente están en peligro son los más chiquitos, expuestos quién sabe a qué peligro. “Es preferible que los alumnos den clases bajo la planta de un mango ante que dejarlos en un aula en mal estado. Una pequeña rajadura en las paredes podría causar graves daños en caso de que caiga y no hay que arriesgar a ningún niño bajo estructura de edificio escolar deteriorado”, expresó a Crónica el doctor Pedro García, especialista en columnas.

Para el médico sería un riesgo mortal llevar a las aulas a alumnos y docentes sin antes haber sido inspeccionadas las mismas por profesionales en construcciones. “Es inadmisible desde todo punto de vista que se inicien las clases presenciales en estas condiciones. Se pone en riesgo hasta la vida de los que están en esas aulas. Basta que caiga una viga y golpea la cabeza de un niño… eso le ocasionaría la muerte, y de no ser así un politraumatismo que le dejaría con graves secuelas, como dejar una persona inválida, o con problemas neurológicos. En el caso de un derrumbe se podría dar la muerte por asfixia. No se puede aceptar que se ocupen las escuelas estando en riesgo el edificio”, dijo tajante.

“Como traumatólogo y especialista de columnas, con solo escuchar que los niños puedan estar en aulas deterioradas me hace temblar, nadie tiene que aceptar que vayan a clases en esas condiciones, no se puede autorizar eso, es un pecado mortal arriesgar vidas”, concluyó el doctor.

Ministerio se quiere lavar las manos he’i

Según el representante de la Federación de Educadores del Paraguay, el MEC dispuso que cada escuela forme un equipo de seguridad, conformado por el director de la institución, miembro de padres y alumnos y que sean ellos los encargados de verificar el estado de cada casa de estudios.

Ellos deberán decidir si son aptas para dar clases o no y que de esta manera el MEC quedaría como Poncio Pilato, o sea ojepohéi.

“La responsabilidad va a caer directamente sobre el director de la institución en caso de que ocurra algún accidente.

Es una decisión muy difícil para ellos, porque en muchas ocasiones estos son presionados por los directores departamentales o por los supervisores”, he’i.

Gremios docentes piden que se declare una “emergencia”

que en el lapso de diez días el Ministerio de Educación no da el listado de las escuelas que no están en condiciones de ser ocupadas y aquellas que cumplen el requisito para ser equipadas con equipos de bioseguridad.

“No somos muy optimistas, sabemos que un por centaje elevado de instituciones no va a estar en condiciones para el inicio de las clases y llamamos a la movilización para declarar la emergencia en educación, pedimos que sean habilitadas solo aquellas que reúnen las condiciones y en donde no, que sigan con las clases virtuales”, expresó.

DATO

450 ESCUELAS

El Ministerio de Educación admitió que unas 450 escuelas están en riesgo de derrumbe, pero aun así la vuelta a las aulas en grupos burbujas está prevista para el 2 de marzo.