Le faltaban 3 meses para salir de prisión por robo agravado, pero el motín se lo llevó para siempre: “No es una mala persona, cometió un error”.

Desesperación, angustia, dolor e impotencia son solo algunos de los sentimientos expresados por los familiares de los fallecidos trágicamente en la tarde del martes en el penal de Tacumbú.

“Era un episodio anunciado, en cualquier momento iba a pasar esto. Los presos ya estaban decididos a cualquier cosa porque están pasando hambre. Desde que se prohibieron las visitas, muchos no comen. Eso decía mi primo, él era uno de los pasilleros, pero nunca tuvo problemas con nadie, no formaba parte de ningún grupo”.

La voz firme en el otro lado del relato es la de don Esteban Echeverría, primo de Fernando Ortiz Echeverría, uno de los fallecidos.

Él finado tenía 27 años, se encontraba recluido por un hecho de hurto agravado y solo faltaban tres meses para que pudiera recuperar su libertad. Estaba encerrado con un proceso abierto que tenía una expectativa de condena de 2 años.

“No es una mala persona, cometió un error. Su mamá está llegando de la Argentina para poder enterrar a su hijo. Es demasiado doloroso perder a un familiar, pero más doloroso que haya muerto de esta forma. Le cortaron la cabeza como a un animal. Le jugaron todo mal. Tenía al menos 8 heridas con arma blanca por todo el cuerpo”, contó.

Aseguró que “son espantosas las condiciones en que viven los presos, están como animales. Duermen en el suelo, en medio de orina y caca. Por favor pido a las autoridades que hagan algo, ellos también son seres humanos”.

ALERTA

“Esto tiene que ser una llamada de atención para las autoridades, se les tiene que tratar como personas y no como animales, por más que sean presos”, he’i.

HAY HAMBRE

“Ellos se están revelando porque pasan hambre desde que no reciben visitas. Los familiares son los que siempre les llevaban víveres o dinero para comida”, contó.

“Nos pidieron 1.600.00 para cambiar ataúd”

Para la entrega de los cuerpos en la funeraria, la cual tiene contrato con el Ministerio, algunos familiares debieron pagar una diferencia de más de un millón de guaraníes, porque el ataúd en el cual eran entregado los cuerpos era solo de terciada, según denunció Esteban.

“En el Ministerio nos dijeron que nos entregarían a nuestro primo en un ataúd, pero cuando nos dieron el cuerpo en la funeraria, al alzar era solo terciada, y casi se cae el difunto. Nos pidieron 1.600.000 guaraníes para cambiar el cajón y darnos uno que valía la pena, pero no tenemos de dónde sacar esa plata”, se quejó.

“No me dan noticias de mi hijo desde ayer”

Doña Felipa Servián, madre de uno de los reclusos, con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos contó que desde el martes a las 11 de la noche no tenía noticias de su hijo. “Él está en el pasillo. Me llamó a eso de las 11 de la noche del martes y me dijo que se estaba escondiendo en el pabellón Libertad. Le pedí a los llamadores que lo busquen y me dicen que no saben dónde está. Estoy desesperada, no sé qué pasó con mi hijo. Nadie me dice nada. No le encuentran me dicen, nadie nos da una información. Es la segunda vez en el día que estoy viniendo y todavía no tengo noticias de él”, expreso la angustiada madre.