Pobladores de las ciudades de Villa Elisa y Lambaré están cansados de los malandrines que les roban hasta el sueño.

Con toda la rabia y el plagueo que se está viendo en las calles, muchas personas se olvidaron de los demás problemas que también agobian a nuestro país. Y es que la corrupción que hay en el Paraguay no solo provocó el colapso en el sistema sanitario, sino también en las demás instituciones en donde el sarambi empieza a reinar.

Producto de esa desidia, pobladores de las ciudades de Villa Elisa y Lambaré están viviendo un calvario de la gran siete, ya que las noches dejaron de ser de descanso para convertirse en angustiosas veladas. Todo eso por culpa de unos adictos que cuando no encuentran de dónde exprimir su “medicina” buscan de cualquier forma los medios para poder alimentar su vicio. Al menos eso fue lo que mencionó Mily Salgueiro, una lambareña que contó que están cansados de vivir en zozobra por culpa de los hechos vandálicos y robos del que son víctimas repetidas veces en las últimas semanas.

“Estamos cansados de vivir en zozobra y de no pegar un sueño en las noches por los hechos vandálicos que realizan los limpiavidrios y adictos por las madrugadas”, dijo la mujer a Crónica. Es por eso que luego de una coordinación se unieron entre todos los vecinos y armaron una comisión garrote para pescar por los desubicados que roban no solo cosas materiales, sino también el sueño en todos los barrios de estas ciudades.

La pobladora contó que se organizaron por cuadrillas para estar atentos, y cuando aparece un malevo se dan el aviso para salir entre todos y darle el “aviso” de que en el barrio no se toca nada ndajeko. “Es la única forma en la que podemos luchar contra todo eso. Es como un virus también para nosotros, nos enferma tener que vivir con miedo y preocupados”, lamentó.

CAPTURA

En su primera semana de puros controles, los pobladores ya lograron capturar a uno de los desubicados que aprendió la lección luego de parar en la comisaría. “A todos los que agarremos les vamos a llevar ahí”, dijo la mujer.

Hay más ataques de malevos he’i

Según indicaron varios integrantes de la “comisión”, durante los primeros meses de la pandemia la delincuencia se tomó unas vacaciones y pese a que el miedo rodeaba al virus, al menos en ese sentido nadie se preocupaba.

Sin embargo, poco a poco, los bandidos volvieron a las calles y ahora no solo roban, sino también destruyen partes de las casas por donde pasan “por puro gusto”.

“Nosotros no sabemos lo que les pasa, están entre muchísimo. Si es que no roban, rompen vidrios, puertas y ventanas, despiertan a todo el barrio y cuando la Policía llega ya se fueron”, indicó. Aseguró que desde el pasado mes aumentaron en las ciudades jóvenes en situación de calle.

Capos de seguridad se olvidaron de motochorros y adictos, dijeron

Doña Mirian Ortega contó que ya fue víctima de hechos vandálicos y robos más de un centenar de veces por lo que considera a la “comisión garrote” como su salvación.

Explicó que con todo el sarambi que se vive en el sector de la salud y con las manifestaciones en todo el país, las autoridades del orden se olvidaron de los criminales, quienes actúan con total libertad ante la falta de controles.

“Parece que los policías se olvidaron de los motochorros y los drogadictos y solo están enfocados en las manifestaciones. Nosotros necesitamos seguridad y eso es lo que ellos deben darnos”, mencionó la doña.