Esta es la historia del delantero cuyo pase es de Libertad y hoy hace goles para Atyrá en la División Intermedia, para él la palabra “imposible” no existe.

• POR OSCAR PATIÑO RIVEROS

Nació en el seno de una familia muy humilde un 2 de mayo de 1999 en la ciudad de Coronel Oviedo, dio sus primeros pasos en la Escuela de Fútbol del club 8 de Diciembre de su ciudad y a los 14 años ya estaba en el primer equipo. A los 15 años fichó por Libertad y desde ese momento su vida cambió por completo.

Un año estuvo en las divisiones menores del Guma y con 16 años ya formó parte del plantel de Primera de Libertad. En el 2017 fue campeón del torneo Apertura de la mano de Fernando Jubero, pero para llegar a ese momento cumbre tuvo que superar varias barreras. Crónica habló con él y esta es su historia.

Jorge Luis Sanguina Morínigo (22 años) es el ejemplo vivo de que con esfuerzo y perseverancia los sueños se pueden convertir en realidad.

El hoy delantero de Atyrá FC, equipo de la categoría Intermedia, tuvo una infancia muy difícil, es integrante de una familia de 8 hermanos, donde nunca faltó la comida, pero tampoco sobraba nada, tal es así que cuando comenzó a ir a la Escuela de Fútbol del club 8 de Diciembre, iba en zapatillas y a la hora de entrenar lo hacía descalzo. “Éramos muy humildes y en mi casa no había plata para comprar un botín, no tenía botín y por eso me iba a la práctica en zapatillas y a la hora de entrenar lo hacía descalzo, en ese momento tenía 10 años”, dijo Jorge.

Después añadió: “El técnico se enojaba conmigo porque me iba en zapatillas, pero a la hora de jugar él mismo me conseguía para mi botín y así podía jugar. Mi profe se llama Ceferiano Martínez y hasta ahora tengo contacto con él, le estoy muy agradecido por todo lo que hizo por mí”.

En 2020 no jugó, igual Libertad le pagó el “100% de su salario”

Para el delantero de 22 años haber pasado por Libertad fue lo mejor que le ocurrió en su vida, llegó a Tuyucuá cuando tenía 15 años y en la “Huerta” se formó. “Cuando llegué al club estuve un año en las inferiores y luego ya subí a Primera División, una vez allí pude jugar con grandes como Jorge Recalde, Santiago Salcedo y Óscar Cardozo. Muchos de los que estuvieron en el plantel en ese momento me hablaron, me aconsejaron, entre ellos Paulo Da Silva, la mejor persona que conocí en el club. En el 2020 por ejemplo yo no jugué y ellos igual me pagaron el 100% de mi sueldo”, señaló.

“Miro atrás y lloro, no fue nada fácil para mí”

En un momento de la charla con Crónica, Jorge se emocionó e hizo un largo silencio para continuar. “La verdad las cosas no fueron fáciles para mí. Miro atrás y lloro, no fue fácil, pasé momentos muy duros para llegar a Libertad, en el fútbol hay que dejar las fiestas, la joda, las bebidas, los amigos para llegar a las metas que uno se propone, hasta las comidas que te gustan tenés que dejar”, afirmó.

En este sentido admitió que dejó por completo las comidas chatarras y que las veces que va a la casa de su mamá, en Coronel Oviedo, disfruta de algunos platos como caldo de gallina, locro y pescado.

“Me cambió la vida convertirme en papá”, he’i

Su familia es su gran tesoro y al mismo tiempo su gran apoyo. “Mi sueño es que mis padres ya no trabajen y si es que trabajan, que tengan un vehículo con el que moverse, que no usen más la moto porque ya tienen edad y se golpean todo. También me gustaría regalarle una casa a mi mamá”, acotó.

En cuanto a su vida personal, hace un par de años vive con su novia Liz Mariela Alderete, fruto de esa relación nació su hijo Alexander Jesús. “Me cambió la vida convertirme en papá, tiene un año y cinco meses y todo ya es para él”, afirmó.