Días pasados publicamos en este medio la triste historia de María, una mujer de 48 años que sufría de maltrato de su propia hermana de sangre, por lo que prefirió hacer de la calle su hogar, en donde pasaba todo tipo de necesidades.

Este año por primera vez se acercó a pedir un refugio en la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN). Crónica visitó el refugio en donde varias personas en situación de calle se resguardan y pudo conocer la historia de la mujer.

En coincidencia con la nota una mujer de Ciudad del Este, que hace pocos días perdió a su madre, junto a su familia decidieron “adoptar como la mamá” a María, ella cuando le dieron la noticia de que tendría la oportunidad de sentir en calor de un hogar cambió su rostro triste y lo único que pudo decir fue “gracias mi Dios”, de lo emocionada que estaba.

Ayer partió al Este del país en donde su nueva familia la estaba esperando, “todos tenemos el derecho de una oportunidad, no suelo leer los diarios, pero ese día algo me llamó la atención y me puse a leer, me llegó muy profundo la historia de la señora, pensé muchísimo porque no es fácil traer a una persona extraña, pero no podía no hacer nada por ella, miré su foto y me transmitió mucha confianza, de verdad no sé por qué, pero desde ese momento ya me encariñé con ella”, contó Adelaida Villaverde, quien le abrió no solo su corazón sino también las puertas de su hogar a la doña.

“Por fin voy a tener un hogar”, dijo María al dirigirse a CDE

“En la mañana de ayer ya rumbo a la terminal para viajar a Ciudad del Este, ella se puso a llorar. Estaba feliz, dijo que por fin iba a tener un hogar, amaneció con un semblante diferente, agradeció mucho por las atenciones y se puso a llorar, estaba muy emocionada.

También me emocioné porque en tan poco tiempo le tomé mucho cariño”, dijo Gloría Martínez, una de las operadoras encargadas del albergue.

Mencionó que hay veces que los abuelitos se escapan del lugar, “no estamos acostumbrados a que nos traten bien o a que nos sirvan dicen y se van, no los podemos retener”, contó.

“Siempre nos gustó ayudar a los demás”

“Con mi familia siempre nos gustó ayudar, pero lo que a mí de verdad me llamó la atención es la cara de sufrida que tenía la señora. Ya hablé con amigos que son médicos y le van a atender y nos vamos a encargar de comprar los medicamentos, lo primero que quiero hacer es cambiarle de look, para que ella se sienta una persona diferente y pueda olvidar todo lo malo que ya pasó. Soy muy agradecida con la vida porque también pasé muchas cosas viviendo en alquiler, pero gracias a Dios tuve la oportunidad de tener una casa propia, sé lo que es pasar necesidades”, expresó.