La periodista Blanca López comentó todo lo vivido en una nueva cobertura de secuestro que esta vez tuvo un final feliz para la víctima y su familia

Si de experiencia en coberturas de secuestro se trata, la que más sabe es Blanca López, quien una vez más fue a instalarse en la zona del último secuestro y fue testigo del reencuentro de la víctima con sus familiares. La cronista del SNT relató además algunas anécdotas y tituló lo sucedido como un “final feliz”.

– ¿Te instalaste en Tacuatí por varios días?
– Sí. Llegamos el lunes último en la noche a la zona de Tacuatí (San Pedro) y ya casi no dormimos porque estábamos pendientes de las primeras informaciones. Lo mío es un trabajo en equipo con mis compañeros Jorge Paredes y Nelson Espínola.

– ¿Fueron testigos del reencuentro entre el liberado y sus familiares?
– Sí. Llegamos a la casa después de confirmarse que estaba ahí y ahí vivimos la alegría de la familia, fue muy emotivo ver cómo la esposa que no paraba de abrazarlo.

– ¿Qué significa para vos hecho de que se haya dado la liberación?
– Para nosotros fue un final feliz, por eso decidimos sacarnos una foto de todo el equipo, porque todos estábamos juntos empujando el carro para obtener la información en el momento justo.

– ¿Alguna anécdota que te haya quedado?
– Me regalaron un riquísimo plato de mandi’o chyryry, porque la hermana (del liberado) me dijo que cuando todo esté mejor iba a matar una gallina, que tenían huevo casero y mandioca. Entonces, ella cumplió y nos regaló un plato de mandi’o chyryry que compartí con los compañeros.

– ¿Cómo se combate el frío por esos lares?
– Te cuento que yo cargué prácticamente todo mi ropero en la camioneta del Canal. Y como tengo problemas en la columna y no se puede enfriar esa zona, llevé un tapado que me regaló hace diez años mi cuñada. Me liaba con una bufanda y una pañoleta.

– ¿Y tus infaltables botas?
– Sí. Mis viejas botas de siempre, que uso tanto en invierno como en verano y que son las que me protegen las piernas, porque cuando una está en sus 52 menos cuarto (risas) ya piensa en no enfriarse estando a la intemperie. Así que, esas botas y la supercampera de mi cuñada me sirvieron y mucho.

“La privación de libertad es lo más terrible”

“No sé si es un milagro que se libere a un secuestrado, pero sí sé que es un crimen que no se le debe hacer a ninguna persona, la privación de libertad es lo más terrible que se le puede hacer a una persona”, fue lo que respondió avei la entrevistada, a la pregunta de si, teniendo en cuenta los últimos secuestros (uno incluso con la víctima asesinada), piensa la liberación en Tacuatí fue un milagro.