Jewel Shupin, de 30 años, vive en California del Norte y padece el trastorno de identidad de la integridad corporal o BIID (Body Integrity Identity Disorder), una condición en la que las personas sin discapacidad creen que están destinados a ser discapacitados. Por eso, su deseo de perder la vista era tan fuerte que se tiró un limpiador de cañerías en los ojos.
Su fascinación con la ceguera comenzó de chica. “Mi madre me encontraba caminando en los pasillos oscuros por la noche, cuando yo tenía tres o cuatro años”, explica. Cuando era pequeña, pasaba horas mirando directo al sol, ya que se había enterado que esto podría dejarla ciega.
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