Un hombre de 33 años fue ultimado de un certero balazo en la frente en la habitación de un inquilinato de su propiedad ubicada entre las calles Montevideo y Manduvirá, pleno centro capitalino.

El autor sería un fulano lleno de tatuajes en los brazos y estatura mediana, según los testigos, quienes agregaron que llevaba puesta una riñonera en la cintura en la que se presume que llevaba el arma homicida.

El “visitante” llegó hasta la vivienda donde el dueño, Andrés Javier Fuster Silvera, lo hizo pasar hasta su habitación. Por alrededor de 40 minutos y con el equipo de sonido como para reventar paredes, se mantuvieron encerrados hasta que unos cuantos disparos alertaron a los vecinos, que vieron salir al criminal corriendo.

Al adentrarse en la habitación encontraron a la víctima sentada en su cama, en la pieza se encontraron varias vainillas servidas, por lo que los investigadores presumen que la víctima forcejeó con su agresor antes de encontrar la muerte.

DETENIDO

El finado fue identificado como Andrés Javier Fuster Silvera, quien en el 2011 había sido detenido con otras 17 personas en Barrio Obrero por tráfico de drogas, donde los antinarcóticos desbarataron una feroz gavilla que operaba en el sitio. Los investigadores no descartan que el crimen tenga la marca de este antecedente.