REINO UNIDO. Alexander Bassey, de 17 años, se bajó de un tren en Londres y roció ácido a cinco jóvenes que estaban esperando la conexión inocentemente, provocándoles graves heridas. El adolescente, originario de la ciudad de Dagenham, estaba con un grupo de 20 amigos, que aparentemente lo desafiaron a cometer el crimen. Y él cumplió.
Los cinco amigos, de entre 16 y 18 años, estaban sentados en un banco de la estación Ockenden. Se les acercó, los increpó y luego los roció con el ácido. Entonces volvió con su banda, que lo vitoreó como si fuera una especie de héroe. Él reía, casi orgulloso.
Lee Elliot, de 17 años, fue el más afectado por el salvaje ataque. Puede que jamás recupere la vista. Bassey fue arrestado y llevado ante la Justicia, donde admitió su culpabilidad. El tribunal resolvió esta semana condenarlo a ocho años de prisión.
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