ESTADOS UNIDOS. Cagney Wenk fue diagnosticado de cáncer muy avanzado en el cerebro, apenas tres semanas antes del nacimiento de Levon, su bebé. Nadie creía que aguantaría para verlo nacer, incluso los médicos le adelantaron que veían muy difícil que llegue a conocer a su pequeño hijo.
El joven papá, de apenas 26 años, fue sometido a una biopsia, una craneotomía, quimioterapia y rayos para aliviar el dolor.
El 18 de setiembre por la noche las enfermeras de terapia intensiva tomaron una decisión insólita: lo llevaron al lugar donde nacería su hijo.
Incluso realizaron un video muy conmovedor sobre todo lo que ocurrió entre el padre y su pequeño recién nacido.
Comentarios