LUQUE. Es hijo de un conocido farandulero, y estudiante de Derecho. Proyectando su futuro realizó pasantía en la Fiscalía de la república del chanchón, en la oficina perteneciente a la abogada María Luján Estigarribia. Sin embargo, Carlos Rodrigo Fernández Bogarín, aparentemente arrojó al tacho todos sus sueños y anhelos de letrado.

Desde la mencionada oficina fiscal denunciaron el pasado 7 de octubre ante la sección de Robos y Hurtos de la Policía Nacional la desaparición como por arte de magia de celulares y dinero en efectivo que habían sido incautados como evidencias de causas llevadas por la fiscala Estigarribia. Al vichear la oficina fiscal, los investigadores se percataron que ninguna de las puertas o cerraduras habían sido violentadas, por lo que tuvieron la leve sospecha de que el autor del hecho sería alguien de adentro y además tenía acceso al depósito.

En primer lugar, los agentes llegaron hasta Juan Carlos Samaniego Flecha, quien tenía en su poder uno de los aparatos hurtados. Juan Carlos señaló que lo había comprado de Hugo Ernesto Carrero Vázquez, quien lo había ofertado en las páginas del Facebook Hendyla.com y “Todo celulares”. Al dar con Ernesto finalmente este confesó todo, y manifestó que Carlos Rodrigo Fernández Bogarín (23), quien hacía de practicante en la Fiscalía luqueña, lo contactó vía red social para venderle los celulares.

FARANDULERO

Carlos Rodrigo es hijo del conocido farandulero luqueño Raimundo Fernández, exmánager de cueronas y peloteros, además de otras actividades.

IMPUTADOS

Rodrigo fue imputado por hurto agravado, mientras los otros dos detenidos por reducción. La fiscala Francisca Gómez pidió prisión para el primero y medidas alternativas para los otros.