• LABURADORA. Doña Lida comentó que desde pequeña “heredó” el laburo de su mamá y desde ahí vive entre consejos y lo sobrenatural

La mujer camina por todo el frente del Cementerio de Lambaré, mientras el “astro rey” le da en pleno rostro. Eso no la detiene. Una pasada de toallita por la cara, un sorbo de tereré y sigue. Con su voz pausada ofrece sus flores a quienes vienen a visitar a un ser querido que descansa en paz. Es más, hasta calma el dolor de algunos.

Son las 12 del mediodía y se la nota cansada, pero hace un esfuerzo y continúa con la venta. Los que llegan al camposanto la observan con respeto. Tiene años en esto, de los buenos, los de la experiencia.

“Desde que estuve en la panza de mi mamá ya sé lo que es trabajar en el cementerio. Es mi casa, es lo máximo. Estoy casi todo el día acá y faltar un día me hace mal”, comentó la doña de nombre Lida Sánchez.

La kuñakarai explicó que el negocio comenzó con su abuela, luego siguió su madre y posteriormente sus hermanos y ella. “Toda la familia nos dedicamos a esto”, agregó.

“Yo soñaba con ser doctora, pero por circunstancias de la vida no pude cumplir ese propósito. Pero sé que Dios me puso acá por algo. Para ayudar y ser una especie de consejera. Además con esto mantengo a mi familia y a mis padres. Luchamos día a día”, dijo.

“Suena raro, pero lo que viví y sigo viviendo trabajando acá es increíble. Poder ser apoyo en algunas ocasiones de mucha gente que necesita, alentarlos, hacer que se vaya un poco mejor de lo que llegó, eso no tiene precio. Cada flor tiene su historia”, dijo “Además los casos sobrenaturales que sucede, eso sí que da todo pirî”, tiró.

Voces, fantasmas y… ¡hasta una víbora!

Doña Lida comentó que tiene un sinfín de historias que rodean lo sobrenatural. “Ya viví de todo. Acá dentro (del cementerio) pasa de todo. Escuché voces de personas que no estaban, ruidos extraños, una mujer y una anciana que aparecen y desaparecen. El olor de un perfume que se huele de la nada. Pero lo que más me asustó fue una víbora de más de 3 metros que ronda en el cementerio, pero que nunca se le pudo agarrar. Eso es cierto”, dijo.

Trota-cementerios

Doña Lida comentó que ya trabajó en varios cementerios del país y asegura que cada uno de ellos tiene su historia.

Hermanos

En el rubro avei. Dijo además que sus hermanos trabajan avei vendiendo flores en diferentes camposantos del país. “Es lo que nos apasiona”, he’i.