La medianoche se imponía con todo, cuando el teléfono de la Comisaría 3.ª Metro empezó a sonar. La llamada algo particular informaba sobre un hombre que se las había dado de mono, trepándose una columna ubicada frente a una farmacia entre las calles Azara y México de la capital, donde se encontraba “jugando” con los cables de la misma tentando a la electricidad que en cualquier momento podía darle una patada de aquellas.

Al toque llegaron al sitio los uniformados, que solicitaron al “ka’i” que bajara, pero ante su negativa, tuvieron que insistir amenazando con subir a bajarlo, hasta que decidió descender solo.

Una vez en “tierra firme” los polis lo interceptaron e intentaron domar al “Tarzán” de la ciudad, pero este tenazmente opuso resistencia, utilizando como arma mortal ¡sus dientes! lanzando mordiscones de aquí para allá. Los agentes, en una lucha cuerpo a cuerpo, le colocaron a la fuerza las pulseritas de plata.

En medio del forcejeo, el fulano no paraba de “invocar” a un tal Roberto, quien supuestamente era el dueño de la farmacia, quien le había encargado el cambio de los cables de la columna, según expresó el aprehendido a los volái.

El mismo fue trasladado hasta la dependencia policial donde fue identificado como Ángel Ireneo Gayoso Candia, en poder de quien encontraron una pipa de fabricación casera y un encendedor, por lo que se presume que estaría tuichaite crack-re.