YBYCUÍ. Salpicadas en todo el delantal por un pegajoso merengue blanco que daba batalla hasta en el último retoque, un grupo de kuña guapa, apasionadas por Ybycuí, pusieron manos a la “torta” para lucirse con una de 250 metros de largo, cocinada y adornada en honor a los 250 años de fundación de la ciudad que vio nacer al fundador de la Asociación Nacional Republicana, el General Bernardino Caballero y del músico Mauricio Cardozo Ocampos.
Suspirando porque los minutos del reloj iban pasando y se acercaban las 11:00, el grupo de reposteras empezaba a acelerar el trabajo, ya que antes del mediodía debían dejar todo listo para que luego la torta sea vista y “devorada” por cada uno de los pobladores que se acercaron a festejar el “cumple” de la ciudad festiva.
“A las 2 de la mañana empezamos con esto. Fue un desafío y a la vez es una gran emoción poder hacer esto por la ciudad de Ybycuí, un lugar maravilloso y con gente muy buena”, decía Zulma Rondelli, quien es oriunda de Ybytymí, pero malcriada en esta ciudad desde hace varios años.
Al son de la polca que sonaba de fondo, al otro lado del Paseo de los Ilustres, lugar donde se realizó la fiesta, se encontraba un gran grupo de arrieros que cocinó dos novillos y una feroz vaca, deleitando con unos 750 kilos de carne asada repartida a unas 2.000 personas.
“Ybycuí es una ciudad que se merece un gran festejo por lo que es su historia, recordando la fundación de hierro y los trabajos que seguimos haciendo”, terminó diciendo la jefa comunal, María del Carmen Benítez.
ABUELITAS
Vestidas de paraguayitas, con peinetas, collares y trenza de lado, las abuelitas del grupo de adulto mayores de la ciudad, en medio de risas y al son de la polca, festejaron el aniversario de la ciudad, localidad que les vio crecer.
“Nací, me críe, malcríe y moriré en Ybycuí. No hay nadie que me pueda sacar de acá” decía ña Enriqueta Torres (74), cargada de una alegría imposible de narrar mientras bailaba “para mi querida ciudad”.
Ella y otras 7 doncellas de la tercera edad fueron una gran atracción con la presentación de su acto, al compás de la galopa, ganándose una ovación por parte de aquellos que de pie les demostraron su cariño.
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