• TENÍA casa, auto, ginmasio, ropa, pero no era feliz porque se sentía vacía y sin amor por dentro

Lastimosamente tuve una vida muy desordenada. Como soy una chica alta, blanca, bien delgada, lo primero que hice fue lanzarme a ser promotora y modelo de marcas.

Ganaba para vivir, pero ya no me alcanzaba para la Facultad porque estudiaba para profesora (ya terminé). Quería seguir estudiando y también quería tener ropas lindas para vestirme bien, realmente admito que amaba lo material, demasiado. Tanto así que vi que el dueño de la agencia que me contrató me miraba con ganas. Aproveché la situación y me metí con él a cambio de que me esponsoree, o sea que me pague todos mis gastos, y así fue.

Yo le cumplía sus pedidos en la cama y él me pagaba el departamento, el gimnasio, la ropa, comida, hasta me compró un vehículo y me puso la cola y los pechos, todo luego. Dejé de trabajar y era simplemente su mantenida. Eso sí, debía mantener siempre una buena figura, gastaba mucho en el gimnasio porque él me pedía eso.

Aunque tenía todo lo que pedí desde chica, no era feliz, me sentía al final de todo vacía y usada como una cosa. Iba siempre a una macumbera para que me dé suerte, con él siempre. Aparte tenía otros espónsores, pero él no sabía, me mataba si es que se enteraba. Pero luego de 5 años de vivir así se enteró y ahí empezaron los maltratos, las golpizas, las persecuciones.

Tenía una amiga que también tenía una mala vida, pero ella cambió porque empezó a ir a una iglesia cristiana. Un día que me vio muy mal, a escondidas de él me llevó a su iglesia. Puedo decir que ese día le conocí a Cristo y cambió mi vida por completo. Empezamos a orar por él también para que me dejara en paz y poco a poco fue desapareciendo de mi vida. Pronto conseguí trabajo y pude sustentarme sola. Dios salvó mi vida. Ahora estoy buscando al amor de mi vida, solo pido que sea una buena persona, ¿será que llegaré a encontrarlo?

FEDERICA, DE ARROYOS Y ESTEROS, 25 AÑOS

RESPUESTA: Muchas veces se vive en una realidad donde todo lo que conocemos nos tranquiliza y sabemos cómo actuar, estamos en una especie de zona de confort donde, a pesar de no ser plenamente felices, nos negamos a salir de la burbuja, y todo lo que hay afuera sentimos como amenazante.

En la cultura oriental la palabra se habla de “cambio” son señales de “peligro” y “oportunidad”. En realidad el cambio es parte de la vida, es un obstáculo que debemos superar dejando de lado las ideas negativas y el miedo que nos impide volar. Todos tenemos derecho a ser felices y más si reconociste que andabas en mal camino, siempre es buen momento para enmendar las cosas con voluntad y fortaleza.

Tenés la oportunidad para desarrollar estrategias para luchar y salir adelante, aprender al mismo tiempo de los errores. El amor llegará en su momento, cuando menos lo esperes, primero enfocate en estar bien.

Siempre hay esperanza para enamorarte, pero primero tenés que saber qué estás buscando para no tropezar de nuevo con la misma piedra. Ser honesta contigo misma y leal a tus sueños.

Mentalizate que vas a poder, refugiate en tus creencias, en los amigos en los momentos de debilidad y si necesitás orientación poder acudir a consultar y ver cómo puedes pulir el diamante que llevás adentro.

Sé que podrás cumplir tus metas, pero debes tomar coraje para afrontar el mundo. Si no te arriesgás, no alcanzarás nunca tus metas. Arriesgar y tener el control de tu propia vida. Perdé el miedo es apostar por la felicidad.