Cada pareja debe aprender a identificar lo que para cada uno resulta un estímulo a la hora de la intimidad.
Para algunos escuchar expresiones “groseras” durante ese encuentro puede o no ser un estímulo, tanto para la mujer como para el varón.
Existe una gran diversidad de estímulos como subjetividades, es cuestión de conocer y respetar a la persona con la que compartimos la experiencia.
Para otros puede ser ofensivo, pero en el contexto de un juego erótico se pueden admitir algunas palabritas de grueso calibre, en tanto esto no genere angustia, repulsión o malestar en ninguno de los integrantes, y que su uso haya sido consensuado de alguna manera.
Para ello se debe prestar atención a las reacciones del otro, gestos, la expresión facial, etc.
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