TRADICIÓN QUE SE APAGA

Hace 12 años que nació “Don Trompo” como una luz de esperanza que quería ganar paso en medio de la espesa sombra del olvido. Una llamada a revivir la nostalgia de aquellas aventuras “giratorias”, de esas que nunca “paraban” y nadie se cansaba de admirar y jugar. Todo en “círculo” a un trompo, alguna vez, el elemento más preciado que un pequeño quisiera.
Las largas horas de juego se hacían cortas y las ganas de ganar en cualquier competencia “karape”que se hacía con los amiguitos del barrio estaban a flor de piel.
Hoy, “Don Trompo” hace retroceder en el tiempo, como una máquina que va más allá de las leyes de la física para recordar esos episodios de nuestra niñez y hasta querer “revivirlos” con un trompo. Por eso es que la gente de la actualidad compra los trompos, están quienes los tienen como “reliquia histórica”, como una parte del pasado que no volverá, o quienes quieren que sus hijos conozcan los tradicionales juegos de nuestro país.
Francisco González (50), propietario de la marca, comentó a Crónica que lejos de lo que uno se pueda imaginar, los trompos son muy solicitados actualmente para ponerlos en algún rincón de la sala.
“Por más que no vayan a volver a jugar, lo quieren tener de piezas ornamentales. La venta siempre fue superior a mi capacidad de producción, el gran problema siempre fue la producción en sí por ese motivo”, comentó.
Cada tanto, don Francisco sale a ofrecer sus productos y los niños de ahora quedan fascinados con el “juguetito”, he’i. Incluso hay niños que ni lo conocen. “Yo les enseño a los niños de hoy cómo se utiliza un trompo, es una novedad para la generación actual. Algunos ni siquiera saben que existe ese tipo de juguete”, contó.
La idea de “Don Trompo” es conseguir alguna vez hacer una competencia de trompos que se pueda mantener, para revivir nuestra tradición y que “no muera en el tiempo”.

Empezó “de rebote” por
mostrar nomás el juguete

Don Francisco empezó con la marca por puro “accidente”. Quería mostrarle a su hijo el juguete con el que antes se jugaba y decidió aprender a hacer un trompo. Lo hizo solo, sin ningún tipo de ayuda. Ahora, ya es todo un profesional en el área y hace trompos bien diseñados, con pinturas, de todos los tamaños y las terminaciones finas, pero se siguen manteniendo las tradicionales también.
“Y el nombre nace del ingenio de unos chiquitos. No sabían ellos mi nombre, entonces fueron a preguntar en mi casa por ‘Don Trompo’. De ahí fue que nació”, explicó. “Cuestan desde 15.000 hasta 120.000 guaraníes, dependiendo del tamaño y el tipo de estructura, acabado, pintura. Cuando quieren para tener como adorno es una pieza mucho más elaborada”, remarcó.

“Encontrá el trompo escondido”

Cada tanto, don Francisco hace actividades para poder mantener vivo el “baile” del trompo. “Hago cierto tipo de actividades a través de mi cuenta de Facebook. Ahora por ejemplo voy a tirar un juego que se trata de encontrar el trompo escondido, voy a dar algunas coordenadas para que la gente busque, será en algún lugar histórico, no sé todavía cuál. El que encuentre el trompo se queda con él. De esta forma quiero que la gente no se olvide de nuestra tradición”, dijo.

EL DATO

FACEBOOK

Encontrá a “Don Trompo” en Facebook tecleando simplemente esas palabras. Allí podés pedir el trompo que quieras.