El cielo se caía. Las nubes cargadas de agua se mostraban amenazantes. Casi cómplices de la desgracia. Y en San Antonio, lastimosamente cumplieron con el presagio de muchas personas. Es que en días como el de ayer, la muerte parece pasearse en medio de los raudales.

Y esta “trampa mortal” que tantas vidas apagó, nuevamente dejó con el Jesús en la boca a una familia que llora por la desaparición de su hijito.

Era cerca de las 15:00 horas cuando un temporal hasta si se quiere inusual comenzó a desatar su furia por sobre la capital y el Área Metropolitana. Un peque de 7 años, D., estaba en la vereda. No se sabe aún por qué razón, el chico fue alcanzado por un torrente de agua que cruzó por su calle con una fuerza tremenda.

La mamá, de 24 años, salió a buscarlo y solo encontró impotencia al saber lo que había pasado. Rápidamente llamó al 911 a pedir auxilio y estos, a su vez, a los Bomberos Voluntarios de San Antonio. “Se le estuvo buscando, pero lastimosamente la poca visibilidad imposibilitó que se pueda seguir con la tarea. Mañana (por hoy), ni bien tengamos un poco de claridad, vamos a continuar con la búsqueda. No podemos adelantar nada”, dijo uno de los “amarillos” desde la guardia del cuartel.

Lo más trágico de esta situación es que el cauce de agua conduce a una salida que tiene como punto final el río Paraguay, a no muchos metros de donde se produjo el lamentable suceso.