La nostalgia del sacerdote por la ausencia de sus fieles en la parroquia se siente ni bien comienza a hablar con Crónica. Pero de pronto, su tono de voz cambia y se alegra. “Da tristeza dar la misa y que el templo esté vacío, pero a la vez da fortaleza porque me conforta saber que hay gente que entiende lo que pasa y acata las medidas de las autoridades, y también me da fortaleza que en ese mismo momento hay personas que nos escucha y que está rezando con nosotros. Estamos unidos a través de la oración», contó el Padre Hugo, de la Parroquia San Juan María Vianney, de Lambaré.

El pa’i comentó que sus actividades como religioso tuvieron que adaptarse a este momento que se vive ante el riesgo de propagación del coronavirus. Misa por redes sociales, mensaje evangelísticos por WhatsApp, son solo algunos que otros cambios en el servicio que realiza.

“Cambió el servicio que hacemos porque se restringe también la atención personal. Entonces no estoy pudiendo confesar”, explicó. Sobre el punto añadió algo realmente pintoresco. Aquellos que desean contar algún pecado y obtener el perdón llaman al pa’i y ¡le piden confesarse por celular!.

“Llaman o escriben mucho la gente y piden confesarse por teléfono. Les explicó que eso no se puede, porque la confesión debe ser presencial (presencia física del penitente ante el confesor)”, explicó.

“Entonces lo que hago es animarles, escucharles y darle un poco de esperanza de que cuando pase todo esto, vamos a juntarnos para darle la absolución. Les aconsejo que se porten bien y que rechacen todo tipo de pecados para que la gracia sea más fuerte en ellos y no les pase nada”, finalizó.

“El temor esta, pero es grande la esperanza”

“La gente está respetando las medidas impuesta por el Gobierno. Se ve eso porque las calles están vacías, la gente sale solo por algo indispensable, eso es positivo”, dijo el pa’i quien vive día a día lo que le manifiestan sus fieles. “Lo feligreses en el ámbito espiritual están buscando bastante la compañía de la iglesia y nosotros lo estamos acompañando en la medida que sea posible”, dijo. “A

pesar que la iglesia sigue cerrada físicamente, sigue muy viva. Hay cierto temor que lleva al cuidado y eso es muy positivo, pero también hay esperanza porque la gente está dando de su parte para que esto termine lo antes posible. El temor está, pero es grande la esperanza”, agregó

Sube al techo para bendecir a todos, contó

El pa’i Hugo realiza todos los días algo que la comunidad le agradece de todo corazón. Como la gente no puede venir a la parroquia, el pa’i sube a lo alto del techo del templo y desde allí bendice a todos, algo que no es obviamente una costumbre en la familia católica pero que se da como una manera de sobrellevar todo esto que hoy en día está pasando en el mundo entero. “Por la tarde, a eso de las 19:00 horas, me subo al techo de la parroquia, y desde allí imparto la bendición a todos con el santísimo sacramento. Desde ahí bendigo hacia los 4 puntos cardinales”, explicó. “Es el momento de abrir nuestros ojos a Dios”, reflexionó, esperando que en un momento como el que nos está tocando vivir la gente sepa respetar las reglas que se ponen.

DATOS

AUTORIDADES

“Insto a la gente rezar por nuestros gobernantes y autoridades para que puedan abrir sus corazones a la voluntad de Dios”, pidió el pa’i Hugo.

OBEDECER

“Así también nosotros tenemos que ser obedientes. Quedarnos en casa, tener nuestro aislamiento social, tomar todos los recaudos en nuestro trabajo”, dijo avei.