Maximiliano Biancucchi, ya retirado, habló de todo un poco. Su deseo fue terminar su carrera en Luqueño, pero se lo negaron. Atendé los motivos.

• Por Jorge Izquierdo

Onda tranqui, con mate y tratando de respetar la cuarentena, así lo agarramos a Maximiliano Biancucchi (35 años), quien el año pasado decidió colgar los botines, estando en el equipo de Rubio Ñu. El argentino que ya reside en Asunción (tiene esposa paraguaya), se siente un compatriota más: “Más de la mitad de mi vida la he hecho en Paraguay, llegué acá con 17 años, imagínate, ya han pasado muchos años. Estoy bien acá, contento con mi familia”, arrancó diciendo el exjugador, en una charla con Crónica.

Maxi, decidiste retirarte algo temprano del fútbol, ¿qué fue lo que más te impulsó a tomar esa decisión? “La verdad ya venía pensando en eso. Luego no conseguía un equipo en Paraguay. Recibí llamados de equipos brasileños, pero eso implicaba viajar con la familia, cambiar el colegio de mis hijos y ya no daba tanto la situación. Tampoco era buena plata lo que iba a ganar allá. Si no era en Paraguay, ya no que ría salir a jugar”, contestó.

En Luqueño dejaste grandes huellas, fuiste campeón. ¿Nunca te ofrecieron volver? “Te voy a decir una cosa, yo quise retirarme en Luqueño, por todo lo que me brindaron en ese lugar. Siempre recibí el cariño de la hinchada de Olimpia y Luqueño y eso siempre me hizo sentir bien. En Olimpia jugué dos veces.

Hablé con gente de Luque para intentar volver, lo hice en varias ocasiones, pero no me hicieron caso, estuve dispuesto a jugar gratis en su momento, por la situación del club, pero no me lo permitieron. Hubo cierto reniego parece de cuando salí de Luqueño para irme a Flamengo. Es fútbol, pero bueno. Solo quiero que les vaya bien. Ese título del 2007 fue fantástico. Tuvimos un equipazo. Lo disfrutamos muchísimo junto a toda la gente de Luque”, agregó Biancucchi.

En cuanto a su etapa como jugador, Maxi se mostró agradecido con todos. “He logrado cosas importantes. Fui campeón en varios equipos y estoy conforme con lo que hice. Acá en Paraguay cada vez que salgo a comer algo al shopping y la gente me ve, me pide fotos. Esas cosas a uno le gustan mucho, significa que se recuerdan bien de uno”, remató nuestro entrevistado.

Estuvo cerca de llegar a jugar en el Chapecoense de Brasil

Biancucchi se destacó bastante en el fútbol brasileño, lo que le valió para estar en la órbita de otros equipos en su momento; recordamos que Maxi jugó en Flamengo, Vitoria, Bahía y Ceará. “Cuando estaba en Vitoria me dirigió Caio Júnior (fallecido en el accidente de Chapecoense en el 2016), hicimos una buena campaña y llegamos hasta el quinto lugar del Brasileirao. Él después dirigió a Criciúma y me quiso llevar, pero no se dio. Luego fue a dirigir a Emiratos Árabes y también me quiso en su equipo, pero no se dio. Caio volvió a Brasil y agarró Chapecoense. En ese momento me vuelve a llamar para ir, pero cuando eso el Bahía no me quiso liberar el pase. Si iba a Chapecoense no sé qué hubiese pasado. Son cosas del destino, quizás”, cerró Maxi.

¿Es o no ventajoso ser el primo de Lionel Messi?

Maxi también se refirió hacia la condición de ser pariente de uno de los mejores jugadores del mundo, un tal Lionel Messi. “Hace un tiempo que no hablamos más, él anda metido en otras cosas, sabemos el mundo que le rodea, pero solemos hablar con sus hermanos”, le bajó el primo del 10 del Barcelona.

Sobre las comparaciones que inevitablemente le indicaban a dónde iba para jugar, Biancucchi señaló que “me perjudicó más que favorecerme. Siempre hubo comparaciones, eso hacía que los hinchas piensen que sos igual a Messi, y él es incomparable (dijo en medio de risas). No sentía presión, porque siempre estuve acostumbrado a jugar bajo presión y eso era parte de mi vida. Trataba de hacer goles y de destacarme para que se acuerden de mí y se olviden de Messi. Me pasó en Vitoria (Brasil), donde a base de goles hice que los hinchas me quieran mucho”, remató.

UN CRACK. Maximiliano Biancucchi destacó al expelotero Damián Manso como un verdadero genio en el fútbol. “Era igual que Messi, solo le faltó ser más goleador. Era un tremendo jugador de fútbol en su momento”, dijo Maxi.

CASACAS. Estas son algunas de las camisetas que Maximiliano llegó a intercambiar en su etapa como jugador: Jorge Valdivia (Palmeiras), Rogerio Ceni (Sao Paulo) y Ronaldinho (Flamengo).

Identificado con las grandes figuras, a su medida…

Nuestro entrevistado se portó muy amable en todo momento de la nota y en medio de algunas preguntas, eligió a algunos jugadores que más le gustaban cómo jugaban: “Me encantaba el juego de Ariel “Burrito” Ortega, qué crack era. Un jugadorazo, adoraba verlo jugar. Otro que me gustaba era Javier Saviola, viste que son jugadores pequeños, yo me identificaba mucho con ellos. No soy de mirar mucho a los grandes como Ibrahimovic. Más bien a los de mi estatura”, confesó el argentino.

“Nunca me sentí acomplejado por ser bajo, más bien puedo decir que eso me ayudó mucho para destacarme como jugador. Podía gambetear a rivales”, sintetizó Maxi.

Representa a jugadores y quiere dirigir

Maximiliano también nos comentó la actividad a la cual se está dedicando ahora. “Estamos trabajando en la representación de jugadores. Me gustó la idea, atendiendo que yo fui jugador y los más jóvenes entran con más confianza con uno, sabiendo lo que hizo. Hay un proyecto para trabajar con Regis Marques. Queremos entrar con todo en esto. También estoy estudiando para ser entrenador de fútbol, en algún momento me gustaría dirigir también”, le bajó el exatacante.

“Ojalá pronto mejore todo. Por ahora tenemos que ser conscientes y respetar la cuarentena. La cosa está delicada y tenemos que poner cada uno nuestra parte. Estoy encerrado acá en casa, es aburrido todo, pero tenemos que aguantar hasta que las cosas vayan mejorando”, culminó.

Los jugadores que se asemejan a su estilo en el fútbol paraguayo

El argentino también habló de algunos jugadores que se parecen mucho a su estilo de juego de antes. “Yo era encarador, gambeteaba mucho, buscaba luego a los más grandes para eludirlos con facilidad. En el fútbol paraguayo veo que Sergio Díaz (Cerro) es el que encara, es habilidoso y no tiene miedo para chocar de frente. Me gusta mucho Tabaré Viudez (Olimpia), pero él es más técnico. Ya no salen tantos jugadores así. Creo que los entrenadores deben colaborar más en ese sentido. Darles más libertad a los encaradores”, le bajó el petiso.

El defensor que le metió un codazo

“En cada partido me llenaban de patadas, pero eso era mi motivación, me levantaba y seguía. Lo que no voy a olvidar es cuando era juvenil en Libertad, subimos a entrenar con la Primera, en una jugada, Arnaldo Espínola me mete un tremendo codazo. No dije nada. Seguí nomás. Era juvenil y respetábamos a los de Primera”, tiró.

12 CLUBES. Recorrió Maxi: Libertad, General Caballero (ZC), Tacuary, Fernando, Luqueño, Olimpia y Rubio Ñu (Par). San Lorenzo (Arg), Cruz Azul (Méx) y Flamengo, Vitoria, Bahía y Ceará de Brasil.

Algo que lo toma como un arrepentimiento

Hay algo sobre lo que Maximiliano siente un poco de arrepentimiento: “Ahora pienso y debí haber coleccionado camisetas. Las regalé casi todas. Ni las mías parece que ya no las tengo. Algunas creo que quedaron en lo de mi mamá, veré si las puedo traer. Son lindos recuerdos, ahora recién lo puedo dimensionar. Me arrepiento de no juntarlas en su momento”, redondeó el exdelantero.

Enamorado de un estadio en el Brasil

En medio de sus cosas, Maxi escogió un escenario deportivo que le fascinó en todo sentido: “El que más me impresionó fue el ‘Arena Fonte Nova’, de Salvador. Mi señora llegaba con los chicos y subía al ascensor, iba al palco y mientras yo jugaba mis hijos estaban en el pelotero del estadio. Ese estadio es un lujo. Brasil tiene estadios al nivel europeo”, sintetizó.