Un noble gesto hizo viral a un joven abogado. Se trata de Alfredo Benítez (25), quien mientras iba conduciendo su vehículo vio en la vereda a un abuelito, vendedor de algodón de azúcar, a quien se lo notaba muy cansado y todavía le faltaban muchas unidades por ubicar. El joven no dudó en comprarle 36 algodones de azúcar que todavía quedaban y le pidió que se fuera a descansar.

La foto Alfredo junto a los algodones y el relato de su novia no tardó en hacerse viral en twitter. Crónica Digital se comunicó con el protagonista del hecho quien relató cómo sucedieron las cosas.

“Fue hace días, justo en esos días que hizo calor. Yo iba sobre 21 proyectadas, tranquilo manejando mi vehículo, bajo aire y le veo al pobre señor sudando y muy cansado. Eso me hizo pensar en lo bendecido que soy por tener tanto y paré. Los que venían atrás me tocaron la bocina pero no me importó”, empezó relatando.

“Luego le pregunté al señor ‘cuánto tenés’, empezó a contar y eran 36 unidades. ‘A tres mil está cada uno, cuánto vas a querer’, me preguntó y le dije ‘dame todo pero me tenés que prometer que te vas a ir a descansar’, le dije. Se sorprendió y se puso muy feliz y yo también porque me puse a pensar en que con tan poco pude hacerle feliz por lo menos un día a una persona”, dijo emocionado.

El joven abogado instó a la gente a no olvidar realizar gestos bondadosos con los demás prójimos. “Vos tenés que dar porque sí o sí viene el doble, en salud o en alguna otra forma. Solo hay que probar y viene en mejor manera la recompensa”, expresó.

LE COSTÓ

La compra de todos esos algodones dulces le costó a Alfredo cerquita nomás de 100mil guaraníes.

El suegro le quitó la foto

Alfredo iba a visitar a su novia, luego de un arduo día laboral en el Poder Judicial, donde labura como abogado. Allí fue que bajó todos los algodones que compró en la casa de su novia y mientras que esperaba que ella llegue, su suegro le quitó una foto y se lo mandó a ella. Luego de unos días, su novia Romina lo hizo viral y el rollo empezó a felicitarlo por su noble gesto.

Los algodones se los dio a sus cuñaditos, quienes avei repartieron a algunos amiguitos, he’i.