La APF canceló el torneo de la Intermedia 2020 y los jugadores buscan la forma de sobrevivir, hoy te contamos la historia de uno de ellos

POR ÓSCAR PATIÑO RIVEROS

La semana pasada la Asociación Paraguaya de Fútbol oficializó algo que ya era un secreto a voces, la cancelación del torneo de la División Intermedia 2020, con lo que muchísimos jugadores se quedaron “oficialmente” sin trabajo.

Pero el anuncio de la APF solo le puso un rótulo a algo que ya se sabía, así describió la situación Blas Ariel Coronel Marecos, lateral izquierdo que estaba para jugar en Atyrá FC esta temporada.

Crónica habló con él sobre la difícil situación de los atletas de las categorías de ascenso, sus inicios, su paso por Libertad, Luqueño y Deportivo Capiatá. Tras quedarse sin su única fuente de ingreso, el fútbol, hora vende hamacas y otros productos de artesanía para mantener a su familia.

“La verdad es una pena la cancelación del torneo de la Intermedia, más de 700 familias quedaron sin el ingreso que les permitía comer todos los días. La APF hace rato ya sabía que el torneo no se jugaría y ahora recién confirmaron”, dijo el atleta que jugó un año y medio en el conjunto auriazul.

Al ser consultado cómo hace para cubrir los gastos de su familia, entre risas Blas Ariel contó cómo se metió en la venta de hamacas y artesanías.

“Y me pregunté a mí mismo, ¿y ahora quién podrá defenderme? Y yo sabía que estaba solo, así que le pedí trabajo a mucha gente, fue así que hablé con Marcos Prieto (también jugador), el de mi valle; su esposa hace artesanías, hablamos y ella nos provee. Así comenzamos con mi señora en este negocio. Hace más de un mes que comenzamos y nos va bien, gracias a Dios. Muchos de los compañeros y colegas ya me compraron. La verdad este negocio salva todo en este momento tan difícil”, acotó.

LO DIJO

“La verdad es una pena la cancelación del torneo de la Intermedia, más de 700 familias quedaron sin el ingreso que les permitía comer todos los días”

“Y me pregunté a mí mismo, ¿y ahora quién podrá defenderme? Y yo sabía que estaba solo, así que le pedí trabajo a mucha gente, fue así que hablé con Marcos Prieto (también jugador), el de mi valle”

BLAS ARIEL CORONEL

Futbolista

DATO

ES DE SANTANÍ, PERO...

Coronel Marecos nació en San Estanislao (Santaní), pero siendo muy chico se mudó a Curuguaty, donde se crió, por eso siente que tiene dos valles. Dijo sentirse muy identificado con ambas ciudades.

En Libertad estuvo con Camacho, Willy y otros

Comenzó a jugar al fútbol en Curuguaty y a los 17 años vino a Libertad para formar parte de las divisiones inferiores, en el Guma estuvo dos años (2005 y 2006), en esa época tuvo como compañeros a Fidencio Oviedo, Néstor Camacho, William Mendieta, Ismael Benegas, Pablo Velázquez, entre otros.

“Yo siempre digo que uno aprende de todos los lugares por donde pasó, en Libertad aprendí muchas cosas, además yo era muy joven. Tuve que dejar el club en el 2007, ese año me fui a la Reserva de Sol de América, pero hasta ahora me llevo bien con muchos de los compañeros que tuve en Libertad”, he’i.

“Chiqui” Arce le ayudó a recuperarse de nuevo

Cuando pasó de Libertad a Sol de América en el año 2007, Blas Ariel pensó que por fin tendría la posibilidad de jugar en Primera División, pero tal cosa no pasó, eso le afectó anímicamente y volvió a Curuguaty en el 2008. Y cuando ya no quería saber nada del fútbol, allí apareció Francisco “Chiqui” Arce, quien le llamó para formar parte del plantel de Rubio Ñu; en otras palabras, el hoy DT de Cerro Porteño le ayudó a recuperarse física y anímicamente.

“Te soy bien sincero, en el 2008 me desanimé porque no jugaba en Sol y volví a Curuguaty, estando allí me llamó el profesor Arce y me dijo que me quería llevar a Rubio Ñu, él me ayudó mucho. Estuve 5 años en Rubio Ñu, hasta el 2012”, relató.

La pasó mal en Resistencia y en el Deportivo Caaguazú

Para el jugador de Atyrá FC el cuidado personal de los atletas y el buen trabajo del dirigente es clave para salir adelante, para conseguir buenos resultados. En este sentido, el pelotero reveló dos anécdotas que vivió en dos clubes diferentes.

“En el 2018 me fui a Resistencia, pero no me sentí cómodo allí, había mucho quilombo en el club, el presidente no nos pagaba y así no se puede jugar. Para la segunda rueda me fui al Deportivo Caaguazú y allí el problema era que los jugadores no se cuidaban. Yo traté de hablarle a los más jóvenes, de darles consejos, pero los chicos de hoy ya no te escuchan, ellos creen que saben todo”, afirmó.