Una doña con sus hermanos pasaron muchas penurias durante su infancia y juventud, pero pudieron salir adelante.

Ejemplo de superación es la historia de doña Zuni Ferreira Mambreani. “No me da vergüenza contar cómo pasamos nuestra infancia”, comienza diciendo la doña vendedora de remedios yuyos.

“Éramos 9 hermanos, fuimos demasiados pobres, dormíamos en el suelo y andábamos descalzos, mi papá era sepulturero y de tan pobres e ignorantes que éramos comíamos las ofrendas de payé que dejaban en el cementerio”, contó a Crónica la doña.

“Con la inocencia de un niño y la alegría de ver llegar a mi papá con lo que sería nuestra comida, no nos importaba de dónde venía. Yo soy la hija mayor y casi siempre me tocaba cocinar, de no tener nada para comer y que de repente te llegue una hermosa costilla era la gloria para nosotros”, he’i.

“Papá traía todo lo que se dejaba en el cementerio”, recuerda ña Zuni, no solo los animales. “Como cabezas de chancho, hermosas gallinas y a veces traía lechones entero, también solía traer cubiertos como bandejas de plata, copas, jarras de plata, pero las bebidas no llegaban en casa, ese era el premio de mi papá”, recuerda entre risas la doña.

“Cuando yo tenía 18 años mi mamá falleció a los 37 años, de cáncer del útero, tuvo demasiados hijos de seguido y muy joven me quedé prácticamente sola al cuidado de mis 8 hermanos, el más chico tenía 1 y 4 meses, porque para ese entonces mi papá ya estaba totalmente perdido en la bebida”, comenta.

DESCALZOS

Doña Zuni recordó que entre todos dormían en el suelo y que muchas veces tuvieron que andar descalzos.

REMEDIO YUYO

Gracias a la venta de pohã ro’ysã salieron adelante, cuenta. “Esto nos dio de comer y una profesión a mis hermanos”, he’i.

Con la venta de remedio yuyo todos pudieron estudiar algo

“Empezamos a cuidarnos entre todos con mis hermanos, vendíamos remedio yuyo y por la tarde nos íbamos a vender agua helada en el Mercado 4 y así fuimos creciendo honradamente. Yo llegué a terminar mi sexto grado y luché para que mis hermanos sigan sus estudios, en zapatilla nos íbamos a la escuela, pero nunca tuvimos vergüenza”, comenta hoy doña Zuni.

Relata que la pobreza en la que vivieron fue lo que los impulsó a salir a delante solos.

Con la venta de remedio yuyo sus hermanos llegaron a la Universidad y muchas veces se fueron a la Facultad caminando, porque no tenían para el pasaje. Hoy día cuatro de ellos son licenciados y uno de ellos es el director de un colegio de Villa Elisa.

“Mi mamá se fue para ser nuestro ángel”, he’i

Doña Zuni, con lágrimas en los ojos recuerda a su madre, quien falleció siendo muy joven.

“Mamá se fue para ser nuestro ángel y poder cuidarnos desde el cielo, siempre con mis hermanos decíamos que todo lo que tenemos y lo que hoy día somos es gracias a que mamá nos está cuidando desde arriba”, señaló.

“Estoy muy orgul losa de mi familia, somos un ejemplo de que cuando uno quiere en la vida todo se puede. Crecimos sin padres y en la extrema pobreza, hoy día todos nos paseamos en nuestros vehículos, jamás fui a retirar a uno de mis hermanos de la comisaría, ni tuve queja alguna de ellos. Yo prácticamente soy la mamá guasu de ellos, estoy orgullosa de ellos”, finalizó la doña.