No van a haber peregrinaciones masivas en diciembre, como cada año. Entonces muchos ya se van adelantando para ver a la Virgencita Azul de Caacupé. Algunos van en colectivos, otros peregrinan con la fe adelante. Promeseros ya se ven todos los días por la Villa Serrana.
Avei personas mayores que van a ver a su Santa Madre ya de antemano, teniendo en cuenta las restricciones que hay. Para doña Ada Silva fueron siete largos meses sin ir a la iglesia. A sus 73 años, mantiene su fe hacia la Virgen de Caacupé más fuerte y firme que nunca. Aunque el tapabocas no dejaba mostrar la sonrisa de felicidad que tenía, el brillo y el entusiasmo se le notaban en los ojos.
“Yo la verdad que no sé cómo aguanté tanto tiempo. Acá en la Basílica de Caacupé solíamos venir siempre una vez al mes, pero desde que comenzó la pandemia esta es la primera vez que volvemos con mi nuera y mis nietos”, expresó.
“Los domingos en Luque, que es donde vivo, sí o sí me iba a la iglesia que está cerca de mi casa. Ahora siento que vuelvo a respirar”, aseguró la doña.
Doña Ada cumplía con todos los protocolos sanitarios, usaba el tapabocas más lindo, tenía su alcohol en gel y cuando encontraba un lugar donde lavarse las manos lo hacía. “Ahora que ya no hay restricciones no hay quien me ataje para venir a cumplir con mi Virgencita, siempre cumpliendo con todo el protocolo sanitario”, siguió la devota de la patrona guasu.
HÁBITO
Liliana García (36), la nuera de doña Ada, contó que tienen el hábito de ir a agradecer por la salud de su suegra que estuvo enfermita y también por toda la familia.
1.000
Personas se podrían recibir en la explanada de la iglesia en las proximidades del 8 de diciembre, según se informó.
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