El consuelo no existe en un momento tan duro como aquel en el que un familiar pierde la batalla contra el virus maldito en el país. La despedida no existe y esa situación hace que los seres queridos se hundan en la más profunda de las tristezas.

Eso mismo vivió Patricia Pose cuando perdió a su padre por culpa del covid-19. La vida normal, el compartir el día a día, los abrazos, bromas… el asado del domingo, las discusiones por el fútbol y tantas otras cosas que en el momento por ahí no se valoran, pasaron a formar parte de un cruel baúl de los recuerdos desde que ingresó al hospital… Nunca más lo pudo ver.

Por medio de una carta se comunicó por última vez con su papá, a quien en todo momento trató de calmar, no solo por la dolencia física que sentía, sino por el golpe psicológico que los carcomía por dentro al ver cómo la muerte se paseaba por los pasillos del hospital donde estaba eligiendo una o dos víctimas en torno a él en el sanatorio.

Terrible. “Esta era la única manera en que pude comunicarme con mi papá un día antes de su fallecimiento. Los médicos lo mantuvieron incomunicado de su familia, y eso que él estaba lúcido, consciente”, mencionó la mujer.

Relató que pese a que su padre ponía todo de sí para superar su cuadro respiratorio, sus vivencias lo debilitaban ya que no aguantaba ver cómo las personas sufrían y morían en las salas en donde él también buscaba una mejor suerte.

“No hubo manera de verlo, le pedí a médicos, enfermeros, incluso a psicólogos.

Él quería salir desesperadamente de ese lugar porque estaba siendo testigo de muchas muertes a su alrededor”, explicó la mujer. Finalmente su padre corrió la misma suerte que los demás pacientes, porque no aguantó ver cómo sus compañeros de lucha perdían la batalla.

“Se fue de nosotros solo y asustado…”

Patricia contó que lo único que buscaban era dar contención psicológica a su padre porque era la única medicina que al menos le curaría el alma.

Explicó que pidieron también comunicarse con él a través de medios telemáticos porque era la única forma de comunicación permitida durante la pandemia.

“No pude ver a mi padre, no se pudo, se fue de nosotros solo y asustado… Ni siquiera sé si llegó a leer lo que le escribí”, lamentó la mujer.

Patricia pidió a todos los profesionales de la salud más humanidad con los pacientes y sus familiares que necesitan al menos de contención psicológica para poder sobrellevar la situación.

DATOS

NO CERRAR PUERTAS

Patricia contó que es trabajadora social y muchas personas llegan a ellos desesperados por lo que se vive con respecto al virus. “No cerremos las puertas a las personas”, le bajó la mujer.