“Rebotaban por mi vehículo, por la vereda, por las paredes, fue una locura”, contó a Crónica Rubén.

La desgracia lo esperaba a la vuelta de la esquina. A una cuadra de su casa. Rubén Benítez (34) iba en su vehículo rumbo a su domicilio. De pronto escuchó tiros, sintió el zumbido de una bala que le pasó a centímetros y el ardor de otra que le daba en la espalda. De un segundo para el otro se encontraba en el piso, desangrándose, pensando que así se iba a morir.

“Que esté hablando contigo es un milagro. Sentí que me iba a morir. Pero en ese momento solo pensaba en mi hija y eso me ayudó a no desesperarme en ese infierno que fue estar herido en medio de esa lluvia de balas”, contó a Crónica.

El hombre es quien de milagro sobrevivió al fuego cruzado entre polis y el grupo de delincuentes del Primer Comando Capital (PCC) ocurrido el pasado 10 de enero. Rubén recibió un disparo en la columna durante el ataque a la sede de Investigación policial de Pedro Juan Caballero, perpetrado por los del PCC para tratar de liberar al líder narco Giovanni Barbosa da Silva, “Bonitão”.

Hoy, ya un poco mejor, habla en exclusiva para Crónica y comenta lo que sintió aquel día. “Yo solo pensaba en qué sería de mi hija de 8 años si yo ya no estaba y pedí a Dios que me salve y me salvó”, dijo. “Lo que viví es para hacer una película. Escuché más de 200 disparos por ponerte una cifra, pudieron haber sido más. Los plomos rebotaban por mi vehículo, por la vereda, por las paredes, fue una locura. No sabés qué está pasando y los segundos parecían una eternidad. Vos estás rogando por tu vida, pensando que lo peor se viene, pero Dios estuvo conmigo”, agregó.

CASO

Un grupo tipo comando de entre 15 y 20 personas atacó la sede policial intentando rescatar a Barbosa da Silva, “Bonitão”. El ataque fue repelido por la Policía en una balacera que habría durado varios minutos.

EXPULSIÓN

Tras el ataque se dispuso la expulsión del país de Barbosa da Silva, quien cuenta con orden judicial de prisión preventiva en Brasil por delitos como tráfico de drogas, tráfico de armas, etc.

“Lucho cada segundo, cada minuto, por mi hija”

“Estuve en el momento y en el lugar equivocado. ¿Te imaginás lo que es, que una de las balas pasen y que vos estés ahí? Sigo aquí por la gracia de Dios”, comentó Rubén. La bala de fusil quedó en la columna de Rubén. Incluso se habló que el joven iba a quedar parapléjico, pero tal cosa no sucedió y hoy está en un 70%, contó. “Por mi hija no me voy a rendir. Voy a estar 100% con la ayuda de Dios y por supuesto de los médicos”, sostuvo. “Siento dolores en mi pierna, pero lucho cada segundo, cada minuto, por mi hija, ella es mi motor que me mantiene en pelea con esto que me pasó”, contó Rubén. “En las próximas horas tengo que ir a mi control en Asunción, en el Hospital de Trauma. Espero seguir mejorando”, explicó.

“Seguía la balacera y solo rezaba para que no reciba otro impacto”

“Es dif ícil saber de hacia qué lado vino la bala. Lo que sí que al recibir el disparo seguía la balacera y solo rezaba para que no reciba otro impacto”, comentó. “Yo en ningún momento me desvanecí, sentí que sangraba y me asusté. Me asistieron y me trasladaron aquí en el hospital y luego a Asunción”, explicó. “De a poco me estoy movil izando, pero no estoy 100%, pero lucharé por eso”, añadió. “Yo soy estibador, ahora no puedo hacer nada porque tengo prohibido hacer fuerza y eso me preocupa porque tengo a mi hija a quien cuidar, yo solo pienso en ella. Dejo todo en manos de Dios”, finalizó.