Hacen tokorré por las redes la película egipcia «L’ altra par» (la otra parte), que dura dos minutos, fue dirigida por Sarah Rozik cuando tenía 20 años, ganó el premio al mejor cortometraje en el festival de cine de Venecia.

El corto que es del 2019, describe cómo nos estamos aislando en la tecnología y olvidan las mejores cosas de la vida, la convivencia humana, con el amor y la hermandad.

Los comentarios en las diferentes plataformas estallaron en hacer notar lo dependientes que nos volvimos del celular, además de elogios positivos al cortometraje basado en hechos reales.

En realidad los teléfonos chuchis o inteligentes se volvieron como la extensión del propio ser humano por todo lo que ofrecen, aplicaciones para redes sociales, streaming, juegos y más, pero puede llevarte derechito a la adicción si no aprendes a poner límites.

Si bien no hay investigaciones muy profundas desde la psicología se menciona que «hay un problema» o «dependencia» cuando el teléfono interfiere con los compromisos y las relaciones. Por ejemplo, si te olvidaste tu celular y sentis una especie de terror, ansiedad o irritabilidad, también cuando te obstaculiza la creatividad o el pensamiento.

En la opinión del psicólogo clínico, Danny Bernal, vemos la realidad de la sociedad, el consumismo de las redes sociales al punto en que deshumanizan o dejan de sentir la empatía.

Señala que la peli muestra la desolación de los más vulnerables que se sienten inseguros, y cómo buscan atención sintiéndose desplazados.

«Es más fácil vivir en un mundo virtual donde la apariencia es lo más importante y la aprobación crea pequeños estímulos de alegría que se desvanecen rápidamente. El bullyng no se queda atrás, porque es indiscriminado, al compartir y hacer público las desgracias de los demás. Es una adicción más», sostiene.