Suena a algo descabellado. Imposible si se quiere. Pero es una realidad: hay lugares en el mundo donde, por ley, está prohibido morirse o enfermarse. Las razones, una vez que se conocen, parecen tener un poco de lógica, aunque no dejan de llamar la atención.
Posiblemente habrás escuchado alguna vez hablar de estas ciudades, pero para hacer un repaso rápido, acá te traemos los cinco lugares del planeta más emblemáticos por este motivo.
1- Longyearbyen, Noruega
Las temperaturas extremas en las islas de Svalbard no permiten que los cadáveres se descompongan, lo que es un inconveniente por la posibilidad que arrastren enfermedades que se hagan transmisibles. Por eso, desde 1950, los gobernantes prohibieron morir en el lugar. Si alguien se enferma y su situación es complicada, es llevada a otros pueblos más al sur donde deben curarse para volver o en el peor de los casos ser enterrados allí.
2- Itsukushima, Japón
En esta isla, cargada de santuarios ancestrales y templos religiosos, no hay cementerios. Es por eso que morir no es una opción. Desde mediados de 1800, todas aquellas personas que están necesitadas de un tratamiento, o mujeres que estén por dar a luz, tienen que ser trasladadas a islas cercanas, porque de hecho que ni hospitales hay en el lugar.
3- Albinen, Suiza
Este pueblo en las montañas suizas es único en el mundo. Es uno de los pocos pueblos del país donde la lengua más usada no es el alemán o el francés, como pasa en otros municipios, sino que tienen aún en uso la lengua autóctona de los suizos originales. Con menos de 300 habitantes, morir no estaba entre las opciones permitidas. Incluso no registraron un nacimiento en más de 30 años. Es por eso que desde el 2017 empezaron incluso a pagar a la gente para que vaya a vivir allí.
4- Sellia, Italia
Antes que prohibir morirse, acá fueron un paso atrás e incluso ¡prohibían enfermarse! Atendiendo a que en el 2015 tenían solo 530 habitantes, los gobernantes crearon una ley que prohibía a los residentes enfermarse. Tenían que poner su salud antes que cualquier otra circunstancia que se les presentara.
5- Sarpourenx, Francia
Como el cementerio de la ciudad estaba abarrotado de cadáveres y no tenían opción de llevarlo a otro lugar, el intendente de la ciudad prohibió a los ciudadanos morir y ser enterrados en el lugar a no ser que fueran dueños de una bóveda. Con esta resolución, cuando alguien de la familia estaba como para pasar a mejor vida, debía ser trasladado a otra ciudad.
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