El guardia de seguridad Tony Garnett, de 29 años, abandonó a su esposa Lorna, de 28, después de enamorarse perdidamente de Sofiia Karkadym, de 22 años, una refugiada ucraniana a quien acogieron en su casa al no tener donde ir huyendo de la guerra.

Tony, padre de dos hijos, sorprendió a su pareja al marcharse solo diez días después que le dieron la bienvenida a Sofía a la casa de su familia. “Tan pronto como lo vi me gustó. Ha sido muy rápido, pero esta es nuestra historia de amor. Sé que la gente pensará mal de mí, pero sucede. Pude ver lo infeliz que estaba Tony”, dijo Sofía.

“Lamentamos el dolor que hemos causado, pero descubrí una conexión con Sofía como nunca antes. Estamos planeando el resto de nuestra vida juntos. Sé que la gente pensará que esto sucedió muy rápido, pero Sofia y yo sabemos que esto es correcto”, tiró el arriero.

“Comenzó con un simple deseo mío de hacer lo correcto y poner un techo sobre la cabeza de alguien necesitado, un hombre o una mujer. Pero fue Sofía quien llegó a mi vida y eso es algo por lo que siempre estaré agradecido”, sentenció Tony.

Después de hacerle lugar en la casa, Lorna pilló lo que estaba pasando y le ordenó a Sofía que se fuera. Tony la siguió. O más bien, ella terminó siguiéndole a él, porque se fueron a vivir a la casa de sus padres. Y eso que ni siquiera hablan el mismo idioma, aunque el hombre explicó que “hablo un poco de eslovaco y no es diferente al ucraniano, así que pude hacerme entender”.

Ahora ellos se encuentran viendo dónde mudarse mientras que amigos de Lorna aseguraron que la mujer quedó «desvastada» tras la separación.