A eso de las 5:00 de la mañana, a un guardia de seguridad se le “chispoteó” el dedo con el que se aprieta el gatillo y empezó a realizar disparos a lo loco, como “poseído” por alguna bebida, sustancia o espíritu del lejano oeste. Todo esto se dio en el centro de la ciudad de María Auxiliadora, en Itapúa.
Atendiendo al peligro que significaba que el tipo esté realizando disparos a la altura de una persona, o sea, que podría haber liquidado a cualquiera, unas personas se armaron de coraje y se le fueron encima al “pistolita”, logrando reducirlo.
Ahí nomás llamaron a la policía y de su poder fue incautado un revolver propiedad de la empresa de seguridad para la que trabajaba y una motocicleta.
Los motivos por los cuales empezó a disparar una y otra vez aún no fueron esclarecidos.
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