Entró a un supermercado. Su apariencia reflejaba necesidad. Pasar desapercibido le era muy difícil. Por eso, un guardia empezó a seguirle el rastro. Se dio cuenta que se acercó a una heladera que tenía cortes de carne. Allí tomó uno, lo guardó en su pantaloncito y salió rápido. Se inició una persecución que terminó a las tres cuadras. Lo agarraron y lo entregaron. ¿Robó por hambre?
Como pasa en la mayoría de esos casos, las aguas se dividen. Están aquellos que no pueden dejar de sensibilizarse por quienes están en situación de calle y muchas veces optan por la opción incorrecta. Están quienes sostienen que robo es robo y no se merecen ni un chiqui de compasión.
Lo concreto es que el chico, de 15 años, que estaba sin calzado y sin remeta, quedó detenido luego de ser pillado con el pedazo de carne que se fue sin pagar. La comisaría 2.da del barrio Ciudad Nueva de Ciudad del Este intervino en el caso.
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