El fulano sorprendió al rollete por la agilidad con la que se movía a unos seis metros de altura para meterse por una pequeña ventana de un sanitario y así llegar hasta un sector administrativo con el fin de llevarse todo el dinero que pudiera. Solo que en su huída, las cosas no se dieron como él esperaba porque no solamente se le cayó parte del botín sino que además dejó sus zapatillas. La poli lo agarró.

La detención del mismo se produjo luego del robo a una distribuidora. A pesar de que no se presentó una denuncia formal en la Unidad Policial, las autoridades lograron obtener información sobre su paradero y lo localizaron en la calle.

Dato curioso es que el tipo, para “chulear” a la Policía, intentó quemar la ropa que tenía puesta al momento de cometer el ilícito, pero como que no es muy experto a la hora de hacer “desaparecer” evidencia ya que las prendas, si bien estaban afectadas por el fuego, se las distinguía a leguas.

Durante la verificación de sus datos en el Sistema Informático de Datos de la Policía Nacional (SIPN), se descubrió que tenía una orden de captura vigente por un caso de hurto. Además, en su “curriculum” figuran antecedentes por reducción en 2018, hurto agravado en 2019 y múltiples casos de hurto agravado y hurto especialmente grave en 2020. O sea, conforme pasan los años más es la “necesidad” de hacerse con bienes ajenos.