• Pese a que no pudieron entrar a la sala de terapia intensiva en la cual está internado el peque, los bomberos se mostraron muy emocionados y destacaron la valiente actitud del niño durante las seis horas que estuvo atrapado entre los hierros retorcidos del bus que capotó en 25 de Diciembre, San Pedro.

Bomberos de la Primera Compañía de la Capital que habían viajado más de 110 kilómetros hasta el distrito de 25 de Diciembre, departamento de San Pedro, para rescatar a Raulito Cristaldo de entre los hierros retorcidos del colectivo de la empresa Nasa, en la noche del lunes último, visitaron al niño en su lugar de internación.

Pese a que los apagafuegos no pudieron ingresar junto a Raulito, igual le dejaron regalos. Los presentes fueron entregados al papá del peque, don Raúl Cristaldo.

“Lastimosamente no pudimos entrar, pero cuando pase de terapia intensiva a sala común vamos a volver”, comentó Blas Maciel, uno de los voluntarios que interactuó con Raulito durante el rescate. Blas nos dijo que cuatro compañías –de las siete que acudieron– estuvieron abocadas en salvar la vida del niño.

“Durante las 6 horas en que trabajamos para sacarle, en ningún momento se durmió ni quejó. Nos hablaba y contaba su historia, en un momento dado nos dijo que quería dormir, y le prometimos que cuando pasara todo, íbamos a llevarle a pasear. Creo que por eso y por todo lo que pasamos con él, ahora quiere ser bombero”, dijo. “Su fortaleza fue impresionante, a nosotros nos sorprendió. En todo momento estuvo lúcido”, finalizó.

“TAN SOLO” 85 KM/H

En el percance habían fallecido la madre de Raulito y su hermanito de tan solo 6 meses, Iván. Los tres viajaban a la Capital desde Horqueta para hacer compras y visitar a unos parientes. Según el gerente de la empresa, Luis Núñez, el micro viajaba a “tan solo” 85 kilómetros por hora y no iba “volando” ndaje.

ALTO RIESGO

Blas Maciel comentó además acerca de las largas y arduas horas de trabajo que le tocaron pasar a él y sus camaradas. Aseguró que a pesar de no contar con todas las maquinarias necesarias para un rescate de ese nivel, se trabajó en conjunto con el chofer de la grúa que incluso tuvo que cavar para poder sacar al pequeño. “No podíamos hacer ni un movimiento en falso”, dijo.

Blas agregó que Raúl les agradeció por haber salvado la vida de su retoño, ya que es la única esperanza que le queda ahora tras el fallecimiento de su señora y su otro hijito. Comentó asimismo que también trabajaron varias horas en el rescate de una niña de nombre Luz y una doña mayor.