La víctima. FOTO: Fuente Paraguay Caazapá. Facebook. 

Los medios Radio 970 AM y La Nación, del Grupo Nación de Comunicaciones, divulgaron la escalofriante información de que una inocente, una nenita de apenas 12 años de edad, fue ultimada de un garrotazo en la cabeza. Se cree que fue por venganza y que los presuntos autores serían abigeos, a quienes el padre de la víctima había denunciado cosa de un año atrás.

De acuerdo a los datos preliminares, como todos los días, la niña había ido ayer a dar clase, a la Escuela Básica  Nº 3.102 Doctor Félix Salmena, en el distrito de Yhú, Caaguazú. La acompañó su hermano.

Sin embargo, a la hora de comenzar la clase, a la maestra de la niña le resultó llamativo que la pequeña estudiante no estuviera presente.

A la hora del recreo, alrededor de las 15 horas, comenzaron la búsqueda de la niña. Una hora y media después, el mundo se vino abajo cuando encontraron su cuerpecito en un camino vecinal, ubicado detrás de la escuela en la que estudiaba.

Según el informe del médico forense, la causa de la muerte fue  un traumatismo cráneo-encefálico a consecuencia de un fuerte y contundente golpe con un palo de madera.

Los investigadores señalaron que el golpe tuvo que haber sido propinado por una persona mayor, teniendo en cuenta el destrozo que causó en la cabecita de la inocente.

Al respecto, el padre señaló que hace un año atrás, en la misma estancia donde trabaja, ubicada cerca del lugar donde su hija fue asesinada, dos hombres lo amenazaron tras ser aprehendidos por abigeato. A pesar de haber trascurrido un largo tiempo no se descarta que esa pudiera ser la razón de este hecho inconcebible.

Por más que los desgraciados sean cuatreros, estos tipos deben tener familias, esposas, amantes, hijas, hijos. Y, aún así, tienen las tripas suficientes para perpetrar este atroz homicidio, para quitarle la vida a una inocente que, bajo ninguna circunstancia, habrá tenido la oportunidad de siquiera defenderse.

Solo se espera que la Justicia se movilice como si la víctima hubiese sido hija de algún poguasu y que los investigadores muevan cielo y tierra para dar con el paradero de estos animales.