Desde inicios de noviembre hasta la fecha, don Gilberto González (72), de profesión jardinero y residente en la ciudad de Luque, contó que se encarga de hacer un pesebre gigante, siguiendo con una costumbre que viene desde hace 43 años, tiempo en el cual siempre es visitado y admirado por todas las personas que lo van a ver.

Esta tradición se había iniciado cuando don González se encomendó al Niño Jesús y le pidió un trabajo, prometiéndole que durante 7 años iba a hacer un pesebre con sus propias manos y de un tamaño poco particular. Con el paso de los años, para don Gilberto esto ya fue más que el cumplimiento de una promesa una cuestión de fe.

Este pesebre muy poco usual está hecho de tierra colorada, portland, madera, ladrillos, pintura y, por sobre todo, el espíritu inquebrantable de don González, quien cada año lo construye para luego echarlo cuando llega la Semana Santa.

Resaltó que desde hace 18 años su Niñito Jesús está en el mismo lugar, ya que una vez se le apareció en sus sueños y desde ese entonces solo le hace retoques para verse bien todos los años.

Cada estatua mide desde 1,80 hasta 3 metros de altura. Es un pesebre construido para que las personas suban a él y de esa manera puedan sacarse alguna foto para el recuerdo.

UN JUGADOR

Este pesebre cada año tiene una nueva figura. Este año decidió colocarle un jugador horqueteño de nombre Lucio González. Contó además que puede ser que ponga en su pesebre otros personajes comunes de la vida actual. Es una manera de “actualizar” algo que tiene siglos de costumbre en esa representación artística. Todo un desafío.

DE POCO, LA CASA

Clericó, sopa y mucha alegría es lo que se reparten cada Navidad frente al humilde pesebre que de a poco va tomando forma en la casa de doña Elodia Bazán, de 75 años, quien año tras año lo hace en compañía de sus hijos. Contó que el pesebre estará totalmente hecho el 24 de diciembre en el víspera de Nochebuena antes que nazca el Niño Jesús.

PESEBRE RODEADO DE AGUA 

En el barrio Bella Vista de la ciudad de Luque, todos los años por parte de la familia Sabate se hace un pesebre distinto a todos, ya que el suyo está rodeado de plantas verdes, adornos en colores, abundante agua y casi todo su pesebre está totalmente motorizado para así hacerlo más real.

Cada año colocan un nuevo muñequito en este peculiar pesebre y esta vez eligieron la figura de un sembrador.

Esteban Sabate contó que cada integrante de su familia siempre aporta nuevas ideas para ir hermoseando cada año el pesebre que estará habilitado para todo el público desde el 22 hasta el 30 de diciembre y de esa manera puedan apreciar el trabajo en conjunto que lo viene haciendo con toda su familia.