Ña Francisca es una de las mujeres que salieron de tras las rejas: “No me arrepiento”, confiesa.

La noticia que 22 mujeres serían beneficiadas con el indulto presidencial hizo que muchas de las mismas ni siquiera puedan dormir en la noche anterior. Alegres, sabiendo que por fin podrían ir más allá de las rejas que las privaban de su libertad, muchas de ellas ansiaban con toda el alma que llegue el momento en el cual por fin puedan estar libres.

Una de ellas es doña Francisca, una persona de la tercera edad que cayó “de rebote” en la correccional, para salvar a un hijo que estaba metido en el negocio de las drogas.

“Mi hijo fumaba y en un procedimiento que se hizo se encontró en su pieza la droga. Yo agarré de él para que no se vaya a la cárcel y por eso vine presa. Por microtráfico me dijeron” contó Francisca con una alegría enorme que no le alcanzaba el corazón.

Después, aseguró que “no me arrepiento. Cuando yo llegué acá, no sabía hacer manualidades por ejemplo, y acá me recibí de un montón de cosas. Panadería, bordados y otras cosas más. Tenía muchos clientes y con eso hice para mi platita”.

Ahora, tanto doña Francisca como las otras procesadas recuperaron su libertad, y ya tienen trabajo gracias a una alianza con una cadena de supermercados que en estos días estará inaugurando un nuevo local.

Serán vicheados

Las 22 mujeres y el único hombre que fueron indultados por decreto del presidente Horacio Cartes, tendrán un acompañamiento permanente de la División de Atención Post Penitenciaria.

La doctora Alda Cardozo, directora de Seguimiento de la Situación Procesal de las Personas, dijo que “el indulto a mujeres es un hecho histórico que se está dando, ya que las damas que recibieron el perdón por sus faltas estaban condenadas por microtráfico, cuya pena privativa de libertad es de 5 años y la Justicia hasta ahora no contemplaba el indulto por esta causa”.

La familia fue su
pilar en el encierro

Zulma Centurión es una de las 22 mujeres que fueron beneficiadas con el indulto, es mamá de 6 niños, a los que tuvo que dejar al cuidado de su marido cuando ingresó al Buen Pastor hace dos años y medio, por un caso de falsificación de documentos.

La mujer era funcionaria del Registro Civil, dependiente del Ministerio de Justicia, y tenía una antigüedad de 13 años en el lugar, cuando –según ella– fue privada injustamente de su libertad y alejada de sus pequeños hijos.

“Gracias a Dios mi esposo nunca me abandonó, al contrario, nuestro matrimonio se fortaleció más. Mi familia siempre fue mi pilar para soportar tanto dolor”, dijo entre llantos Zulma, que en abril cumple sus bodas de plata.

“Nunca perdí la esperanza de salir en libertad, siempre dije que cuando saliera iba a gritar de felicidad, pero cuando me enteré de mi indulto me quedé muda de la emoción” dijo la doña
“Estando encerrada me puse a estudiar todo lo que podía para no pensar. Me recibí de artesana, estudié corte y confección, también me recibí de repostera gracias al IGA. Ahora voy a cursar el segundo año de Derecho en la UTCD” he’i.