Cuesta conseguir, porque la gente ya no confía por temor a los “clavos” que se dejan.

Un garante hoy en día es difícil de conseguir de buenas a primeras, menos cuando se trata de plata, porque la gente ya no confía ni en su propio pariente.

En ciertas situaciones, cuando uno desea hacer un préstamo sí o sí es necesario que se tenga la firma de dos o tres personas más, así en caso de que no se pueda pagar la deuda, el garante es el que apechuga todo.

En un sondeo realizado con las personas de la zona del Mercado de San Lorenzo, aseguraron que las personas a quienes saldrían de garante tiene que ser muy de su confianza, porque hasta de los parientes ya se tiene miedo de quedarse después “con el clavo”.

Juan Carlos Giménez aseguró que es “jetu’u” (muy difícil) salir de garante a una persona porque la mayoría de las veces te piden que salgas, te pintan todo bien, pero después se quieren aprovechar de uno y no pagan.

Antonio González por ejemplo contó que ya tuvo una mala experiencia con eso y que ahora pensaría dos veces para volver a salir de garante, ya que fue un pariente el que jodió bien grande. “Ya no es como antes, no hay confianza por nadie”, recalcó el hombre.

En cambio, Elvio Pérez dijo que solo a su pariente le saldría y a nadie más y solo si le conoce bien a la persona, su situación laboral y si es buen pagador saldría de garante.