Conmovidos por la historia de don Eulalio, vecinos se movilizan para ayudarlo

“A pesar de las dificultades, hay que batallar para comer”, dice don Eulalio Benítez, quien vive con su esposa y sus 8 hijos en una humilde casita de la zona conocida como La Blanca, de Ciudad del Este. Tener una sola pierna no le impide salir a trabajar todos los días con su bicicleta y su muleta, cargado de esperanza de hacer la changuita del día. Su vida dio un giro inesperado hace un tiempo, a consecuencia de un accidente de tránsito, en el que el chofer se dio a la fuga.

Sin embargo, don Eulalio no se bajoneó, él sale por las calles en busca de clientes que le pidan reparar su sillón de cable, de esos que muchas veces permanecen abandonados en algún rincón del patio, ya olvidados. En cada sillón que restablece él sueña con un milagro similar, que mejore su calidad de vida.

“Sin una pierna mi vida cambió totalmente, pero no me dejo vencer, continúo firme, simpre trabajando para ganarme el pan de cada día, no esperar que caiga del cielo”, dice mientras le pone mano al trabajo con los cables.
Un grupo de vecinos viendo el gran esfuerzo que realiza este hombre está buscando la manera de ayudarlo, ya sea con actividades benéficas o con víveres.

Una de las ideas de este grupo es tratar de comprar o conseguir en donación una moto carga para que así don Eulalio pueda movilizarse con mayor facilidad, comentó Lorena Giménez, quien dejó su número para los que desean aportar al proyecto (0973) 56 41 78.

NO EXISTEN BARRERAS
El ejemplo que deja don Eulalio a las personas que tienen alguna discapacidad es no rendirse nunca, que si uno quiere puede seguir con su vida y que solo en nuestras mentes existen estas limitaciones. “Querer es poder”, indica Lorena Giménez, una de las vecinas de don Eulalio. “Cuando te lo propones de corazón, no existen límites para continuar llevando una vida honesta. Lo que más desea es conseguir ese vehículo que será de gran ayuda, para que pueda movilizarse mejor”, comentó.