Nuevamente una explosión de la subestática de la Ande paralizó a la ciudad de Lambaré, dejando a cerca de 60.000 usuarios sin energía eléctrica y, en muchos casos, incluso sin agua.

Un panel de control tuvo una falla que luego derivó en una fuerte explosión seguida de cortocircuito, convirtiendo todo en un incendio que movilizó a cerca de 10 compañías de bomberos que tuvieron la ardua tarea de combatir y extinguir el fuego.

El temor se apoderó de los vecinos recordando aquel suceso ocurrido en octubre cuando en San Lorenzo se desató un infierno tóxico que llevó horas de trabajo para los bomberos. Esta vez los matafuegos trabajaron con equipos de protección respiratoria para evitar sufrir algún tipo de intoxicación y con mucho cuidado procedieron a ingresar al recinto para controlar las llamas y prevenir que se expanda a otros sectores del local.

Algunos móviles llevaron espuma química por si hubiera la necesidad de utilizarla, tal como había sucedido en Sanlo por tratarse de materiales con alto poder contaminante.

Ya en horas de la noche la Essap pudo reponer el servicio de agua potable en la población, pero miles de familias se quedaron a oscuras y sufriendo un calor de aquellos.

NO ES LA PRIMERA VEZ

Ya en otras ocasiones esta subestación terrestre de la Ande tuvo problemas de este tipo. Años atrás, la explosión en uno de los alimentadores dejó cerca de 20.000 usuarios sin energía. El ingeniero Víctor Romero anunció que cerca de 3 días tardará en solucionarse la falta de luz en algunos sectores.

“NO HAY RIESGO”

Ni bien se supo del fuego, técnicos de la Secretaría del Ambiente se hicieron presentes y rápidamente he’i “no hay riesgo”, evacuando de esa manera el miedo de que se repita la historia de lo que ocurrió en San Lorenzo aquella vez.

El ingeniero Edgardo Duré informó que el incendio no afectó a los transformadores o algún material contaminante; es decir, que no hubo fuga de askarel. De todos modos, recomendaron a las personas que por la ingesta del humo que se produjo por el incendio se acerquen a los hospitales en el caso que empiecen a experimentar problemas de salud.