Kiwanis es una de las organizaciones no gubernamentales que voluntariamente llevan víveres, pañales, insumos y por sobre todo un momento de alegría y acompañamiento a las 68 abuelitas que viven en el hogar Nuestra Señora de la Asunción, dependiente del Ministerio de Salud.

Todo estaba bien encaminado hasta que las propias abuelitas empezaron a comentar que recibían una mala alimentación, esto alertó a la nutricionista Cora Stanley de la organización Kiwanis, que empezó a indagar más al respecto.

Para asombro de la profesional, se encontró con un plato cargado de un pálido y triste porción de fideo y un huevo duro, menú muy alejado de lo que realmente se puede considerar como un plato nutritivo.

Stanley empezó a cuestionar a los encargados del hogar sobre esta situación, se documentó con fotos hasta ingresó a la cocina para verificar lo que preparaban y daban de comer a las abuelitas.

En la cocina tropezó con que estaban preparando una buena cantidad de tortillas, que tampoco se puede considerar como alimento sano para nadie y mucho menos para las personas de la tercera edad.

Aparentemente las miradas de la nutricionista al menú molestaron a los encargados de la cocina y les valió la prohibición de ingresar nuevamente, actualmente se mantiene bajo rejas y candados.

Pollos en donación, pero ni las plumas

La ONG Kiwanis consiguió con una empresa la donación mensual de una bolsa de pollos para que forme parte del almuerzo de las abuelitas, pero gran sorpresa que ni las plumas están a la vista de las abuelitas. “Muchas veces huelen cuando se cocina, pero son otras las beneficiadas porque las abuelitas no reciben ni media porción de lo que se consiguió en donación, algo está pasando, alguien se está quedando con las cosas o simplemente no están llegando a destino”, sostiene Beatriz Naumann, otra de las voluntarias quienes hacen la valiosa acción de darles una alegría a las que se encuentran internadas en el hogar. “Muchas veces las son olvidadas hasta por los familiares y nos duele bastante que esto esté ocurriendo con estas indefensas abuelitas”, dijo.

Imposible dar con la dire

Durante todo el día intentamos contactar con la directora Rosa Benítez y como por vía telefónica no ingresaba la llamada, un equipo de este medio fue hasta el hogar para intentar conversar con la misma, pero una de las religiosas informó que la directora no se encontraba y que hacía oficina de 07:00 a 13:00.

Al plantearle el motivo de nuestra visita, la religiosa solicitó venir en ese horario, porque no tenía conocimiento de esa queja y que solo la directora podría dar mayores datos sobre la alimentación que reciben las abuelitas.

¿Dónde están los peluches?

Las voluntarias también denunciaron que cerca de 150 peluches fueron regalados a las abuelitas como muestra de cariño y afecto y que ahora si tienen suerte encontraron 10. “Les servían de entretenimiento y llamativamente se esfumaron sin dejar rastros”, indicaron. Aparte de llevar esos regalos, las voluntarias se encargaban de cortarles el pelo, de peinarlas, pintarles las uñas, actividades varias para alegrarles la jornada.