CIRO ACUÑA. Especial. Con su sotana puku y sombrero piri para hacer frente al calorazo que se está dando en estos días, por más que sea otoño, monseñor Ricardo Valenzuela empezó su recorrido pastoral por Félix Pérez Cardozo, localidad ubicada a unos 12 kilómetros de Villarrica, departamento de Guairá.

Casa por casa lleva la bendición y el perdón de los pecados, ya que se toma su tiempo para escuchar las confesiones de la gente. Su peculiar estilo de hablar de Dios, hace que la gente se sume, no es raro ver a monseñor jugando algún partidí con los chicos de alguna escuela, o sentado en la mesa compartiendo el portiju.

Esta es la primera gira pastoral que monseñor realiza en el año, pero desde que asumió como obispo de Guairá y Caazapá nunca pasa inadvertido entre la gente porque le encanta compartir con los más humildes.

Los que siguen al predicador y saben que estará por su pueblo ya arman el comité de bienvenida con carteles, pasacalles, asado, pero dicen que Valenzuela tiene la costumbre de comer puntualmente a las 12 del mediodía, y en la casa que le toque, upepe okaru.

En Félix Pérez Cardozo son gente muy humilde que se dedican a la agricultura y la ganadería, Valenzuela recorre, pregunta, escucha lo que dice la gente, que le cuenta sus realidades. “Trabajo lo que más necesitamos, estamos muy contentos cuando viene el pa’i Valenzuela, él es el único que hace así, sabe llegar a los más pobres, cachiãi hápe te dice todito, trae un mensaje de paz y esperanza”, comentó doña Bernarda Cardozo, una de las doñas que recibió la bendición del padrecito.