La Atención Primaria de la Salud (APS) es una estrategia de prevención y promoción de la salud que se utiliza en las Unidades de Salud Familiar. Estos centros de salud están ubicados en zonas vulnerables, donde reina la pobreza, zonas aisladas por las crecidas o por el mal estado de los caminos.

Los profesionales de blanco, aparte de atender en las unidades, realizan cada semana visitas casa por casa llevando atención médica. El desafío es grande, pero el amor a la vocación lo es aún más. Esto hace que, como sea, médicos, enfermeras y agentes comunitarios lleguen hasta el lugar donde la gente los necesita.

“En las Unidades de Salud Familiar tenemos un mayor vínculo con los pacientes; aparte de proveerles atención médica, somos como sus amigos, más que sus médicos. Conocemos sus angustias, su pobreza, estamos en el nacimiento, festejo y hasta en el ñembo’e paha”, empezó contando la doctora Lis Ovelar (48), coordinadora de capital de la estrategia que se lleva a cabo en los centros.

“Para nosotros la sensibilidad nunca va a acabar. Cuando tenemos un paciente que sabemos que médicamente ya no tiene solución, nos toca muchísimo. Una de las frases que siempre nos tocan escuchar es ‘nde la che esperanza’ y pesa bastante”, siguió.

El director de Atención Primaria de la Salud, doctor César Cristal, contó que el país cuenta con 795 Unidades de Salud Familiar realizando la parte asistencial, como también visitas a pacientes que no tienen la posibilidad de llegar a los centros.

Rescató a abuelita

María Dorotea Ramírez es licenciada en enfermería y obstetricia, presta servicio en la Unidad de Salud Familiar “Perpetuo Socorro”, de Puerto Botánico. Hace 28 años que ejerce la profesión y ella nos cuenta una anécdota que nunca va a olvidar: el rescate de una abuelita abandonada por sus familiares.

“Yo hice el rescate de una anciana en Barrio Obrero hace 5 años aproximadamente, ya estando en la Unidad de Salud Familiar. Mediante ese rescate, sus hijos que estaban en España se enteraron de lo que pasaba con su mamá y se abrió un proceso contra la sobrina de la señora, la que la abandonó”, contó.

Se ve la necesidad

El licenciado Nolberto Brítez (23) es agente comunitario de Unidad de Salud Familiar de Pelopincho. Él se encarga con sus compañeros de hacer el censo en la zona para poder llegar a las personas aisladas y captar las necesidades. Comentó que, en esos lugares, uno ve lo que realmente es la necesidad, incluso se sienten hijos adoptados de los lugareños. Canal con las familias con el Ministerio. Recorridos diarios todos los días. “Ahí me veo rodeado de gente humilde, trabajadora, chacariteña y, por otro lado, los problemas por adicciones”, contó.

Atienden a los inundados, he’i

Cristian Raúl González (37) se desempeña como director de la Unidad de Salud Familiar “Perpetuo Socorro”, de Puerto Botánico. Comentó que su gente realiza por semana atenciones a los damnificados por la crecida, como otras unidades que incluso entran en los lugares todavía inundados, donde hay gente que no abandona aún sus hogares.

“Estamos trabajando en todos los niveles, atendemos a los inundados, vamos a los refugios. En la unidad hacemos atenciones diarias”, contó. Comentó que en su zona actualmente lo que más reciben son casos de enfermedades respiratorias.