Las historias de aparecidos, o de sucesos más o menos extraños, que parecen no tener una explicación racional, son recurrentes. Ruidos extraños, pasos que se escuchan y no está nadie, quejidos, tejas que se rompen, piedras que son lanzadas por la casa por alguien que no ven, susurros. Mucho misterio y, por sobre todo, mucho miedo.

Con todo esto convive la familia García Correa en su humilde vivienda ubicada en el barrio Mbocayaty de Ñemby, a quienes un extraño ser les tiene con el Jesús en la boca.

Pero la cosa se puso peor cuando en una de las camas encontraron al menos 10 cuchillos, un serrucho, y varios machetillos ¡clavados en el colchón!, estos estaban adornados con dibujos de cruces, además de girasoles, tomates, semillas y en el medio una nota con la inscripción “20 de abril”.

“En esa fecha me quiere matar, yo no sé qué hacer, no me deja en paz, me acosa, está detrás de mí y me persigue”, contó muy asustado Carlos Correa, uno de los habitantes de la casa. “Yo digo que es el Pombéro. Me dicen que es porque no estoy bautizado, otros me dicen que me pudieron haber hecho un trabajo de magia negra. A mí es el que más me ataca”, agregó.

Por su parte, don Luciano García, padrastro de Carlos, he’i que “ya no podemos estar en esta casa. Esto que pasó con los cuchillos en los colchones no sabemos cómo sucedió, aparecieron de la nada”, dijo tratando de encontrar una explicación a lo que pasaba.

Rezo y bendición

Al lugar llegaron varios religiosos, quienes comenzaron un ñembo’e de aquellos para que ese extraño ser que tiene en zozobra a la familia. “Hace unos meses que estamos así, primero comenzaron con las piedras, que no paran de caer en nuestra casa”, dijo Carlos.

“Se siente su presencia”

Don Luciano he’i que la presencia del extraño ser siente en cualquier momento. “Se siente su presencia, tenemos mucho miedo, por eso vamos a dejar la casa. Temo que algo peor pase. No sé por qué nos ataca a nosotros, no se cómo pasó todo eso. Ehecha pio la kysekuéra colchón-pe (viste pio los cuchillos en los colchones). Estábamos afuera y cuando entramos nos encontramos con eso. No pasamos una noche que podamos dormir tranquilos, porque sabemos que está ahí”, he’i.