Del gato se suele decir que tiene 7 vidas. Desde hace unas semanas, el joven de 19 años, Mason Wells, de Utah, Estados Unidos, es noticia en el mundo por haber estado en tres atentados terroristas De dos salió ileso, del tercero salió herido, pero se salvó. Es un misionero. Y, por supuesto, no faltan los comentarios de que siempre está con un ángel o con un Dios que le está protegiendo.

El 15 de abril de 2013, Mason se encontraba con su padre a una cuadra de donde detonó una de las bombas durante la maratón de Boston. El padre del muchacho relató que ambos fueron sacudidos por la explosión, pero no resultaron heridos. Dos años más tarde, el 13 de noviembre de 2015, Wells vivió de cerca los atentados en París en la fatídica noche en que militantes del Estado Islámico perpetraron la masacre en la que murieron 130 personas. En ese día no resultó herido en ninguno de los ataques coordinados que se llevaron a cabo.

Y nuevamente estuvo en los atentados en Bruselas, hace unas semanas. Esa fue la tercera vez que el joven sufrió un atentado terrorista. Wells es uno de los tres misioneros mormones de Utah que se encontraban en la terminal del aeropuerto internacional de Bruselas.

En el atentado más reciente, el joven se rompió el tendón de Aquiles, tuvo una herida en la cabeza, al recibir impacto de restos de balas y sufrió quemaduras de tercer grado en su cara y piernas tras la explosión en el aeropuerto de la capital belga.

“Es un chico fuerte. La experiencia de Boston le ayudó a mantener la calma”, aseguró la madre, Kimberly Wells, ante la prensa. Según los padres de Wells, estas circunstancias demuestran que todo pasa como una “prueba de carácter” y aseguran que no lo ven como “una maldición terrible, sino como una bendición”.

A Mason solo le quedaban cuatro meses para terminar su etapa de dos años como misionero mormón, que realizan muchos adolescentes de Utah tras acabar los estudios secundarios, tras lo cual pretendía alistarse en el Ejército.