Hace exactamente una semana, Ecuador vivía horas de terror a causa de terremotos e innumerables réplicas que arrasaron prácticamente con ciudades enteras dejando cientos de cuerpos bajo toneladas de escombros, rutas partidas a la mitad y miles de personas buscando a sus familiares desparecidos.

Esta pesadilla la vivió en carne propia el portero compatriota Paolo Ortiz junto con otros dos paraguayos con quienes compartían el mismo departamento, Iván Villalba y Diego Vázquez. Paolo, con una voz quebrada, relató lo vivido durante y después del primer gran terremoto que arrasó con toda una zona de la ciudad de Manta, mismo nombre del club que defiende en aquel país.

“En el momento del desastre yo iba conduciendo rumbo a mi departamento, cuando de repente la tierra comenzó a moverse y quedé inconsciente tras golpear la cabeza por el hierro del cinturón de seguridad”. El pelotero, ex-Cerro Porteño, siguió diciendo. “Recuerdo que me despertó un señor que vino a socorrerme, me sacó del auto, dijo que me creía muerto y que le daba gracias a Dios por seguir con vida. Bajé y vi el camino partido a la mitad, agujeros enormes por todas partes, familias enteras llorando y corriendo, sangre por doquier y gente buscando a sus familiares”.

Paolo, que hoy goza de la compañía de su familia en casa de su madre en zona de Identificaciones, relató que fue a buscar a sus compañeros, pero… “No sé cómo llegué hasta donde estaba mi departamento y me quedé aterrorizado cuando vi que no estaba, todo se fue abajo, todo el barrio desapareció. Iván y Diego ya habían corrido a un albergue y más tarde me reencontré con ellos”.

Dolor e impotencia. Lejos de pensar resguardar sus vidas en un lugar seguro, Paolo y sus compañeros de equipo salieron a las calles a socorrer personas atrapadas bajo los escombros, allí vieron la muerte muy de cerca. “Salimos a las calles a socorrer a la gente y lo más fuerte nos pasó ahí, vimos a una niña y su padre morir aplastados. La nena se encontraba atrapada en los escombros, todavía viva, cuando el padre entró y se les cayó la casa encima. Nos agarró una impotencia, ganas de llorar y eso fue lo que nos hizo ir a Guayaquil en la casa de otro compatriota que es Fernando Giménez, unos días después volamos a Paraguay” tiró.

Paolo terminó diciendo que fue hasta el aeropuerto sin nada más que un champión, remera, short y sus documentos personales. Perdió todo.

4 AÑLOS

Paolo Ortiz llegó a jugar en Primera vistiendo la casaca de Cerro Porteño y otros clubes nacionales. Hace 4 años arribó a Ecuador para sumarse al Manta FC.