• El conjunto franjeado derrotó a Cerro Porteño por 2-1 con goles de José Leguizamón y William Mendieta. El tanto del descuento para los azulgranas fue convertido por Cecilio Domínguez tras un disparo que se desvió en el zaguero decano, Leguizamón.

POR ÓSCAR PATIÑO RIVEROS

Clausura de gradería norte, pocas entradas para Olimpia, cuestionamientos al arbitraje y otras yerbas… todo esto ya es historia, la única verdad es la que se vivió dentro del campo de juego, y en este aspecto ayer el equipo de Fernando Jubero superó al de Gustavo Morínigo por 2-1, sumó su novena victoria al hilo y quedó a un punto del líder Sol de América.

No fue la mejor exhibición futbolista del elenco franjeado, pero “golpeó” en los momentos oportunos y pese a sufrir en la parte final del juego, cosechó otros tres puntos de oro.

La primera jugada clara de gol la tuvo Jorge Rojas, contragolpe a gran velocidad y cuando parecía que era inevitable la caída del arco defendido por Diego Barreto, el azulgrana lanzó el balón a las gradas.

Un minuto después Antony Silva derribó a Julian Benítez dentro del área y el árbitro Marcos Galeano amonestó al delantero, entendió que se tiró.

Posteriormente, Leal y Fabbro también probaron al arco sin mucha suerte. A los 22’ se abrió el marcador, centro desde el sector derecho y cabezazo de José Leguizamón.

En el arranque de la complementaria los de Para Uno manejaron mejor la pelota y en más de una ocasión estuvieron cerca del segundo, hasta que llegó Mendieta y clavó un golazo de tiro libre.

Allí parecía que había terminado todo, pero a los 34’ Cecilio Domínguez sacó un disparo desde fuera del área, se desvió en Leguizamón y se transformó en el 2-1.

Después Cerro insistió hasta el minuto 94’ pero ya no pudo cambiar la historia.

EL VALÉCHO, William Mendieta

No solo fue la manija de Olimpia, además marcó el segundo, un tanto que fue determinante para el resultado final.

EL ÁRBITRO, Marcos Galeano

Buen trabajo casi a lo largo de los 94 minutos, expulsó correctamente a Guillermo Beltrán. También debió echar a Ortigoza.