• Roberto Torres, el técnico revelación del fútbol paraguayo, nos cuenta lo que hizo después de dejar Cerro Porteño. Formó su cuerpo técnico y se pusieron a trabajar, siguiendo los pasos de equipos, jugadores, analizando todo, detalle por detalle. Así llegaron a Libertad, club con el que ahora levanta otra copa.

– Después de salir de Cerro, donde quedó esa sensación de que no te valoraron, ¿tomás como una revancha lo que lograste con Libertad?

– No sé si revancha. Sí es un logro más para que los profesionales paraguayos seamos respetados. Nosotros tenemos que ir preparándonos y lograr resultados para ganar espacio, respeto. Pero los directivos también tienen que tenernos en cuenta, valorarnos más. Si vos te preparás y los directivos no te dan tu lugar, es como que pasa el tren delante tuyo y no te dan el ticket para subir.

– ¿Esa responsabilidad es solo de los directivos, o pasa también por los paraguayos en general, hinchas, periodistas…?

– Los directivos son los dueños de los contratos, de las decisiones importantes.

– ¿Y los jugadores paraguayos valoran, respetan a los técnicos locales?

– Cada día los jugadores son más profesionales y van entendiendo que principalmente paraguayos entre paraguayos desarrollan mejor su capacidad de entendimiento. Seguramente es un granito de arena que yo aporto para tener en cuenta en ese detalle, a favor de profesionales paraguayos.

– ¿Cuándo estudiaste para ser técnico?

– En mi época de jugador ya aproveché el momento de prepararme y estudiar. Siempre tuve el sueño de poder seguir en el fútbol desde la dirección técnica. Pero nunca quise trabajar en cualquier lugar. Esperé mi momento y Blas Cristaldo, que era coordinador (de entrenadores de formativas), me dio la oportunidad de trabajar en Cerro. Quemé todas las etapas, sin saltar de una.

– ¿Eso te da una ventaja, un mayor conocimiento, el haber sido jugador y el haber pasado por todas las divisiones formativas hasta llegar a Primera?

– En esto, por ahí no hay una regla exacta, porque también hay técnicos que nunca jugaron al fútbol y son buenos. Pero a mí en particular creo que la preparación y la experiencia me ayudan. Siempre me preparé. Incluso, estudié también periodismo deportivo (en el Círculo de Periodistas Deportivos)

– ¿Podrías haber sido periodista?

– Siempre me gustó el periodismo deportivo. El exjugador siempre quiere meterse en un rubro que le conduzca otra vez al fútbol. Algunos están como empresarios de fútbol, como dirigentes, hoy también se abre lo de mánager deportivo.

LA PREPARACIÓN SECRETA

– ¿Qué hiciste cuando saliste de Cerro?

– Primero armé mi cuerpo técnico como yo quería. Pensé y mucho quiénes iban a integrar. Trabajé mucho en eso. Primero, personas con capacidad, con hambre de gloria, con ganas de trabajar. Cinco meses trabajamos con reuniones, dos veces semanales. Le decía a mi ayudante, tres partidos vas a ver esta semana, vas a traer un informe completo de cómo jugaron, de quien se lesionó, etcétera. A otro así, así; al otro, esto te toca a vos…. Yo también hacía lo mío. Después nos encontrábamos, hacíamos un asadito y debatíamos. Durante 5 meses nos preparamos esperando que nos contrate un club. Hacíamos reuniones, conocíamos a todos los equipos, jugador por jugador, esperando que llegue el momento.

– Pasaban los meses y no llegaba esa oportunidad, ¿les agarró la ansiedad?

– Pedía mi a grupo que tenga fe, que no decaigan, que entiendan que nos va a tocar la oportunidad, que cuando nos toque, que vamos a demostrar que como profesionales somos buenos. La mente positiva estira, funciona, y mirá quién nos miró.

– ¿Y cómo fuiste recibido en Libertad por los jugadores?

– Desde un primer momento hubo un respeto mutuo, un trabajo honesto de parte de todos. Libertad tiene un plantel muy sano, muy buenas personas, muy buenos jugadores.

– ¿Y seguís con Libertad?

– Sí, habíamos quedado en qué terminaba este campeonato y nos sentábamos a hablar de contrato. Con Libertad arreglamos de palabra y a mí me valió la palabra de la gente de Libertad.

SU ÉPOCA DE FUTBOLISTA

– ¿Se ganaba bien ya en tu época de futbolista?

– No se ganaba bien, pero yo siempre tuve el privilegio de estar en Cerro y siempre peleábamos por campeonatos. Por ahí la desventaja era que siempre el que venía de afuera ganaba más.

– ¿Ese punto molesta al jugador, duele un poco?

– Duele y mucho. De repente vos ya estás dos o tres años en el club y uno que viene de afuera y a veces ni juega, tiene mejor contrato. Pero eso pasa en todos lados. Yo gracias a Dios tuve una transferencia a Japón, que me ayudó mucho. No me quejo, porque nunca fui una persona de malgastar.

– ¿Farreabas en tu época?

– Era una persona que me cuidaba mucho. Farreaba muy poco. Me gustaba más salir los días libres y estar con la familia, hacer un asadito en casa. Pero luego conocí la noche. Me acuerdo, salimos a una discoteca, con los amigo futbolistas, la pasamos bien. Era un miércoles, el domingo jugábamos. Fue allá por el 98 por ahí. Sobre Brasilia. Pero no me gustó, porque sabía que perjudicaba, sentí que podía perjudicarme. Creo que el físico de cada persona se adapta. Como yo no estaba acostumbrado a esa vida, preferí seguir nomás con la vida a la que me acostumbraba, que es compartir con la familia. Si había que tomar algo, en la casa nomás.

– ¿En Japón probaste comida rara?

– Siempre había el ofrecimiento de los platos tradicionales de ellos. Pero me convertí en experto en rechazar las invitaciones. Tenía miedo de que me caiga mal lo que no conozco. Como se dice en guaraní “eikuaamíante he’u va’erã”.

CON LO QUE TIENE QUE LIDIAR UN DT

– Se dice que no es fácil manejar un grupo de jugadores, ¿es difícil, cómo hacés que algunos que son medio rebeldes te respeten?

– El respeto uno tiene que ir ganando. Yo no puedo venir a darte órdenes, de entrada. Hay formas y maneras de decir. En ese sentido, a mí nunca me ha temblado el pulso para tomar decisiones que yo quisiera. No tengo por qué pelearme con uno antes de tomar una decisión. En el fútbol el espeto uno va ganando de sus jugadores siendo correcto, sincero y honesto.

– ¿Cuál es la parte más difícil del trabajo con los jugadores?

– Siempre me pongo en la mente de los jugadores. Y sí o sí vas a tener descontentos a la hora de elegir a los que van a jugar. Vos tenés 25 jugadores, llevás 20 concentrados. Se quedan 5 molestos porque no les tuviste en cuenta. De esos 20, 18 no se van a vestir, 2 se quedan molestos. De los 18, 7 van a quedar en el banco. Ahí tenés 11 contentos, 7 medio contentos por ser suplentes. Después, 3  probablemente van a salir enojados porque les cambiás, los otros 3 que entraron, también puede ser que se enojen porque tarde ya entraron. Y se quedan 4 molestos porque no jugaron. Toda la semana trabajás con gente descontenta. Mi función con cada uno de ellos es ser honesto, meterle al que realmente merece, quitarle al que no merece. Intentar ser siempre justo y ser autocrítico como entrenador. Soy humano, me puedo equivocar, pero siempre trato de hacer lo correcto.

– Se habla de cama al técnico en el fútbol, vos fuiste jugador, ¿existe realmente eso?

– Se habla y mucho, pero no creo que haya gente que quiera hacer eso a propósito, que haya especialista en hacer mal su trabajo para que el técnico salga. Pienso yo que un jugador no va a jugar mal a propósito cuando hay una familia de por medio, tu salario, tu prestigio. Para la gente es más fácil decir que los jugadores hacen la cama, que decir que no se está trabajando de la mejor manera o que solo no salen las cosas. Quiero creer más eso. Yo también fui jugador y nunca se me pasó por la cabeza jugar a menos para que un entrenador salga.

A CAACUPÉ

El jueves se fueron a Caacupé a pagar una promesa que hicieron a la Virgen. “Soy una persona de mucha fe. Cada uno tiene su fe, yo respeto a cada uno con su religión. Yo soy de la religión Católica. Amo estar en Caacupé, en la misa. Nosotros, con nuestro cuerpo técnico, siempre vamos a misa”, nos dijo el “Tibu”.