• Comisario César Silguero Lobos. Jefe de Gabinete de Investigación de Delitos. Perito, abogado y licenciado en Criminalística. Casado. El mejor título: Padre de cuatro hijos.

– ¿Cómo fueron los primeros años donde tuviste que llevar la vida de padre y el inicio de la carrera policial al mismo tiempo?

– Los primeros años nos tomó fuera del país, con los dos primeros estuvimos casi cuatro años en el exterior, luego nos instalamos en Capiatá, donde vivimos. Me casé a los 24 años y tuve la suerte de encontrar una mujer que cumple la función de madre y padre cuando yo no estoy.

– ¿Fue difícil llevarlo todo?

– Nosotros (los policías) damos mucho tiempo a la institución y muchas veces descuidamos la familia. Hay que tener una madraza que pueda entender y acompañar eso. Pero también tenemos que hacer de tiempo para la familia, compartir con ella porque al final es la que nos sostiene en todo momento, en el éxito o el fracaso. Insto a los camaradas para que se hagan un poquito de tiempo para estar con la familia que es una bendición, mis hijos son todo.

– ¿Cuántos hijos tenés?

– Cuatro, uno de ellos se encuentra en tercer año en la Academia de Policía, y el segundo está en el cursillo para Medicina, una nena en séptimo grado y la más chica en tercero.

– ¿Sos celosísimo de la nena?

– Sí (risa), ella es nuestra joya y la más mimada de la familia por los hermanos y nosotros los padres.

– ¿Qué esperas de tu hijo en las filas de la Policía?

– Bueno, indudablemente cada uno es único de acuerdo a sus anhelos y objetivos. Yo solo espero que sea un policía honesto. El resto va a depender de lo que él desee dentro de la institución.

– ¿Cómo fue para que decidas ser policía?

– De familia, mi padre es policía retirado y él me habló de ingresar a la Academia y claro, acepté a los 18 años, al terminar el colegio.

El Ycuá fue un gran desafío

– ¿Hiciste otras especializaciones en torno a la carrera policial?

– Siendo oficial segundo me inscribí para la escuela de Peritos de la Policía, donde se abrió el Instituto de Criminalística y fui egresado de la primera promoción de peritos en 1995. Con orgullo puedo decir que soy el mejor egresado. En 1997 fui becado por la Policía Federal Argentina a través de un concurso que se hizo en la Policía Nacional para dos vacancias para estudiar Criminalística. También me recibí de abogado en el 2008.

– ¿Dentro de tu labor, cuál es uno de los casos donde te sentiste satisfecho con el trabajo tuyo y el de tu equipo?

– El caso de Paz Valentina que fue bastante sensible, logramos dar con el autor del disparo. El caso de Teresa Lichi, uno de los casos más importantes esclarecidos, mañana (por hoy) empieza el juicio en Villarrica. Pero el que más nos tocó y marcó bastante nuestra labor, el Ycuá Bolaños, fue un desafío muy grande, sobrepasó el trabajo de los expertos de Criminalística y prácticamente de toda la labor del Ministerio y la Policía.