• El arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, prometió interceder para que el mártir sea canonizado por la Iglesia

FREDY ARRÚA, OSVALDO ESCOBAR, BELÉN VÁZQUEZ Y LUCÍA PANIAGUA. Piribebuy. Enviados Especiales.

La lúgubre escena transmitía a lo lejos el profundo dolor de la partida de un hombre, quien lejos de pensar en sí mismo en el momento más caótico, mantuvo la mente calma y firme ante las circunstancias para salvar vidas, sin importar el pasado que pudiera tener cada uno de los “personajes” que se encontraban en la boca del fuego, donde finalmente pereció.

A kilómetros de la vivienda Gaona Lezcano, en el aire se respiraba el desconsuelo y la angustia de una comunidad piribibuyense que despedía a un verdadero héroe. La caravana que acompañaba el féretro se extendía por cuadras enteras a lo largo de la ciudad, con destino a la última morada de Blas Gaona, jefe de seguridad de la penitenciaría nacional de Tacumbú, quien dio su vida por salvar la de internos en el incendio registrado en la madrugada del viernes en el “sótano” del lugar, extendiéndose hasta el pabellón de Tercera Edad, donde el abnegado servidor penitenciario dejó su alma.

Las lágrimas corrían sin cesar en los rostros cargados de incógnitas aun sin poder comprender el porqué de la desgarradora tragedia. Al velorio asistieron el director de Centros Penitenciarios, Artemio Vera; el director del penal, Luis Barreto; el viceministro de Justicia y la ministra Carla Bacigalupo, además de colegas de las penitenciarías de Emboscada, Villarrica, Encarnación, Misiones, Itauguá, San Pedro y Coronel Oviedo.

Lo quieren santo voi

Artemio Vera, director de Centros Penitenciarios, comentó que el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, tras la misa llevada a cabo en el penal de Tacumbú prometió interceder para que Blas Gaona sea canonizado, asegurando que el mismo demostró inusitado coraje por salvar la vida de sus prójimos, incluso poniéndolas por sobre la suya misma.

De acuerdo a lo expresado por la ministra Carla Bacigalupo, Blas y sus colegas lograron salvar la vida de al menos 85 personas que se encontraban en el pabellón de la Tercera Edad, hasta donde alcanzaron las voraces llamas. En el siniestro fallecieron además de Blas cinco reclusos, quienes quedaron atrapados en el sótano, donde funcionaba un taller de costura y confección que quedó completamente hecho escombros tras el incendio.

Entregaron los cuerpos

Tras un intenso y purete laburo el equipo del Ministerio Público encabezado por el médico forense Pablo Lemir logró identificar los cuerpos y proceder a tempranas horas de ayer a la entrega de sus familiares para darle cristiana sepultura.

Lemir comentó que fue bastante complicada la identificación debido a que los cuerpos estaban casi irreconocibles, añadiendo que la causa de muerte de 4 de ellos sería asfixia por inhalación de humo tóxico y posteriormente sufrieron calcinación. Sin embargo, en uno de los casos fue imposible determinar la causa, dijo. Los fallecidos fueron David Roberto Fraser Gamarra (37), César Herrera Bogado (49), a quien faltaba una semana para ver el sol fuera del encierro; Francisco Javier Benítez Cristaldo (40), Alfredo Maciel (36) y Daniel Salinas (29).