• Sus propiedades antioxidantes permiten mejorar la salud de la piel, el cabello, las uñas, ayuda a mejorar y prevenir distintas afecciones

Siempre fue valorado por los seguidores de la alimentación naturista, por todas sus bondades, pero no todo el mundo sabe de su enorme poder antienvejecimiento.

Al parecer contiene sustancias antioxidantes capaces de prevenir la actividad negativa de los radicales libres y que contribuyen a mejorar el aspecto y la salud de nuestra piel, el cabello, y las uñas. Además es muy recomendable para las personas que padecen diabetes, asma, estrés o para las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.

De acuerdo a los nutricionistas, contiene minerales como el potasio, hierro, calcio y cobre, aunque en forma moderada, y es rico en fibra y agua. Otro beneficio: contiene muy pocas calorías.

Si bien lo ideal es irse derechito al médico a consultar cuando hay síntomas de algún resfriado, ¿quién no se ha preparado nunca una taza con agua tibia, limón y miel para aliviar un catarro?

Es que por sus efectos refrescantes y antisépticos, alivia ciertas afecciones de las vías respiratorias e inflamaciones de la garganta, como la afonía y amigdalitis.

También ejerce una acción beneficiosa sobre el sistema cardiovascular, en casos de arteriosclerosis e hipertensión arterial, debido a que los ácidos cítricos ayudan a oxidar y eliminar las grasas que obstaculizan el trabajo del corazón y son un gran disolvente de las sustancias tóxicas del plasma sanguíneo.

También beneficia a los enfermos del hígado y de la vesícula biliar ya que estimula las secreciones biliares y ayuda a metabolizar las grasas.

Para aprovechar todas sus propiedades, lo mejor es comerlo crudo y diluido con otros ingredientes, que disminuyan su sabor ácido. La opción más típica, y apta para todas las estaciones del año, es la limonada. Realizada con limones exprimidos, agua y un edulcorante, preferentemente stevia. También puede utilizarse como aderezo o aromatizante de pescados, salsas o ensaladas.

Para hacer frente al frío

Cebolla y ajo: ambos contienen alicina con propiedades antiinflamatorias, antivirales y antibacterianas. Previenen enfermedades cardiovasculares. Son antioxidantes, estimulan las funciones del páncreas y el hígado. Además son un antibiótico natural, potencian el sistema inmunológico.

Jengibre: gran alimento-medicina. Es bueno para las vías respiratorias, los estornudos, ayuda a eliminar las flemas y así circula mejor el aire. Antiinflamatorio y superdigestivo favorece la absorción de los alimentos y evita que se produzcan dolores estomacales.

Para hacer el té: poner 20 o 40 gramos de jengibre fresco cortado o rallado por taza de agua, cuando hierve apagar el fuego y dejar reposar tapado 10-15 minutos para que pase todas sus propiedades al agua y se produzca la alquimia. Si te gusta le podés sumar limón, miel y canela. ¡Queda delicioso!